Una de las características que me tiene impresionado de
Dragon Age: Origins (DAO), es la cantidad de opciones que te presenta en
cada misión, el juego encontró la manera de hacerme dudar sobre la decisión que
había tomado cuando creé a mi personaje. En DAO, después del proceso de creación
y en cuanto encuentras tu primera opción en un diálogo, dices:
Seré un chico bueno y voy a salvar al mundo o seré un villano y todos se
arrepentirán de buscar mi ayuda. Algo así.
Mi elección fue la del villano y al principio, más
bien parecía que mi personaje era un niño berrinchudo que hacía corajes porque
su papá no quería llevarlo a una batalla. Pronto todo cambió y el origen me
tomó por sorpresa, la historia de DAO me jaló, me sacudió, me mordisqueó y
luego me escupió en un mundo oscuro y fantástico lleno de opciones exquisitamente complejas.
Siempre me han gustado las opciones en los juegos, llegar al
final de una misión, tener a mi antagonista enfrente y poder tomar una
decisión tipo "lo dejo vivir o lo mato"; simple y fácil. En Dragon Age las cosas
no son tan sencillas. Mi primer encuentro con un elfo sucedió en el primer lugar
que visité y como había decidido ser un villano, me puse en mi papel:
Elfo: ¿Eres tú a quien tengo que entregar esta espada?
Yo: Claro.
Elfo: ¡No es cierto! Eres el nuevo recluta de Duncan.
Yo: Bueno, así es, pero ahora quiero esa espada, así que más
te vale que me la des.
Elfo: No, tengo que entregársela a alguien y no eres tú.
Yo: Si no me la das, voy a decir que eres un traidor y te
van a matar por eso.
Elfo: Eres una persona muy cruel, toma la espada. ¿Ahora qué
le diré a mi patrón? Ayúdame a pensar en algo.
Hasta ese momento mis respuestas fluían fácilmente y estaba
pasándola bastante bien torturando al elfo, pero después de este diálogo hubo una
opción que logró que me detuviera a analizarlas antes de apretar una vez más el
botón; eran algo así:
Devolverle la espada al elfo.
Ese no es mi problema, piensa algo tú.
Diles que moriste antes de entregarla. (Matar al elfo).
Me di cuenta de que todavía existe algo en mí que no me
permite masacrar de esta forma a un ser vivo (hasta en un videojuego); por más grande que fuera mi
avaricia, me di cuenta de que mi maldad planeada al principio tenía un límite y el
elfo lo había encontrado. Escogí la segunda opción y me fui con una espada nueva
que fue mi arma principal por mucho tiempo. Ser malo tiene sus ventajas.
Encontrarás este tipo de decisiones morales una y
otra vez en el transcurso de DAO, y después de que hagas una elección, tendrás que
tomar otra más difícil. En ocasiones estas tienen mucho que ver con la
historia principal y seguramente afectarán la manera en que el juego terminará.
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