Si las invenciones más prodigiosas de la era moderna tuvieran que competir para adjudicarse un primer lugar de importancia, Internet empujaría por la borda a otras ideas igual de estimulantes para apoderarse del podio, sólo por la forma en que ha revolucionado la vida diaria de miles de millones de personas a través del orbe. Tal relevancia adquiere carácter monumental cuando se trata del entretenimiento del pixel, pues la red mundial ha cambiado radicalmente nuestros hábitos de juego. Es difícil concebir muchos títulos de nuestros días desprovistos del componente en línea, sin mencionar que en ausencia de Internet, Xbox LIVE, PSN o la recién nacida Nintendo Network serían inexistentes. Pero todo cambia y evoluciona, para mejorar en la mayoría de los casos, y entre las vertientes que se perfilan para el futuro, está la de jugar por medio de la Nube instantáneamente, sin mayor trámite que seleccionar el nombre de tu entretenimiento.
Desde principios del milenio, compañías como OnLive nos sedujeron con la noción de jugar a distancia, y como si se tratara del catálogo de televisión por cable, elegir el nombre del juego para recibirlo instantáneamente en la pantalla, esto claro en ausencia de una consola. Es una idea provocativa, por demás interesante, pero aún difícil de llevar a cabo en términos óptimos debido a muy diversos factores, y sin embargo parece que Sony está apostando por incursionar en este territorio desconocido, apoyado sobre un guía que ya conoce parte del camino: Gaikai, compañía que en años recientes ha dedicado tiempo completo a experimentar con el funcionamiento de este tipo de servicios, arrojando resultados satisfactorios. La unión ha provocado más interrogantes que respuestas, gracias a que Sony ha dado muy pocas declaraciones de sus planes para Gaikai, pero de nuestra parte, las posibilidades dan suficiente razón para especular, y analizar a fondo las implicaciones no sólo de lo que podría convertirse PlayStation, sino qué le depara a este fenómeno de juego remoto.
Comencemos con el entendido de que Sony realmente deseaba apoderarse de Gaikai. Una inversión de $380 millones de dólares en la situación tan precaria del corporativo nipón, significa un riesgo del que muchos inversionistas tal vez no estén tan contentos. Empero, la decisión de Kaz Hirari de sumar un gasto más a la estructura financiera de un gigante que sigue derramando efectivo, se antoja acertada. Es evidente que a reserva de que triunfe, el juego en la Nube podría sentar las bases para invocar audiencias que se han escapado del alcance de las consolas, y Sony no esperará a que Microsoft se decida a tomar la delantera, en especial si el PlayStation 4 está a varios meses de aparecer en escena; en el pasado, el gigante nipón cometió el error de lanzar su plataforma de sobremesa mucho después que su competidor directo, y el movimiento le cobró factura, tanto por deficiencias de posicionamiento como en las dificultades que supuso capturar la audiencia que Xbox 360 había acaparado. Así, el síntoma es que dicho error no se repetirá o por lo menos el contexto será diferente, y ahí es donde entra en juego Gaikai. En lugar de que Sony tenga que invertir una fuerte suma en investigación y desarrollo, experimentar y esperar a que transcurra cuando menos un año, prefirió comprar al más experimentado del ámbito.
La ventaja de Gaikai, a diferencia de la filosofía que predica OnLive, es que su director general, David Perry, toma con seriedad y realismo la condición del juego en Nube, esto es, que el servicio no reemplazará a las consolas ni a los juegos de PC, sino que se trata de un vehículo que llevará el entretenimiento del pixel a más personas. Y es que la virtud de Gaikai es que no requiere de un aparato intermediario ni de software especializado, es tan compatible que puede ejecutarse en un navegador web sin necesidad de alguna instalación ostentosa, y de hecho, será una función nativa de Google Chrome, por lo que ni siquiera requeriría del uso de Flash o Java para correr los juegos proeza que al momento nadie más ha logrado. Lo mismo puede suceder en otros dispositivos que abran sus puertas a esta plataforma de transmisión, dando pie a jugar algo tan avanzado y complejo como The Witcher 2, en un smartphone o acceder a World of Warcraft desde una tablet, pese a que ambos dispositivos no tendrían la capacidad de ejecutar tales propuestas por su limitada tecnología.
Sony Computer Entertainment se dedica a crear juegos, a fabricar consolas y redituar lo más que puede de ellos; al momento es una estrategia que no ha funcionado en condiciones óptimas durante los últimos años, pero es una táctica que difícilmente hará a un lado, en especial porque a expensas de las pérdidas financieras, el flujo de capital que involucra a esta rama del entretenimiento sigue arrojando números más estables que el de la tecnología. Con ello, la utilización de Gaikai no se basaría en vender más televisores, como declaró recientemente el siempre mediático Michael Pachter, en realidad la iniciativa se erige como complemento básico en una oferta de entretenimiento masiva. No es que PlayStation intente seguir el ejemplo de Xbox, y planee sustentarse como un sello global e inclusivo para toda clase de entretenimiento, más bien tomará un camino mejor enfocado, y todo apunta a que Gaikai se integrará a la sinergia de dispositivos Sony, apostando por contender de una vez por todas con la oferta móvil de iOS y Android.
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