Durante el anuncio del PlayStation 4 el pasado mes de febrero, nos quedamos con ganas de ver la consola, por supuesto, y también de echarle un vistazo al futuro de los juegos deportivos. Recordemos que Madden permanece como una de las franquicias de videojuego más vendidas de la historia y FIFA se ha convertido en un fenómeno mundial, sólo por citar un par de ejemplos, y esto habla de que la importancia del género deportivo está más que comprobada.
Y es que las expectativas para la generación anterior quizá se exageraron un poco. ¿Quién no recuerda ese espectacular y a la vez polémico video de Madden NFL 06 donde nos mostraban un partido entre los Philadelphia Eagles y los New York Giants, que prometía ser una muestra de lo que veríamos en el Xbox 360 y el PlayStation 3? En él la iluminación prácticamente era perfecta y se apreciaba hasta la costura más pequeña del ovoide y la mancha más minúscula en los uniformes. Densa, la nieve caía para crear un espectáculo natural sobre el campo, los jugadores se golpeaban con fluidez y violencia incomparables, y esto se veía reflejado en las gesticulaciones de los rostros y hasta en las lesiones, que incluso iban a ser simulaciones con descripciones detalladas de su naturaleza en tiempo real y expuestas con recursos gráficos que parecían del futuro. Y envolviéndolo todo, estaba la atmósfera en el estadio, marcada por un rugido ensordecedor de la gente en el graderío y hasta fuegos artificiales.
Fue un video sólo comparable con el de Killzone 2, pero a diferencia de la secuela FPS, Madden NFL 06 no entregó todo lo prometido a quienes, ingenuamente, esperaban el realismo absoluto que se había mostrado. De hecho, no fue sino hasta hace apenas un año ya casi al final de la generación que esta serie deportiva empezó a dar muestras de evolución significativa, aunque aún lejos de lo que ese clip había planteado como siguiente generación.
Así las cosas, no queda más que esperar que con el PlayStation 4 y el sucesor del Xbox 360, finalmente se cumplan las expectativas, y es que el camino sigue siendo largo, de modo que nos hemos dado a la tarea de desglosar nuestras peticiones para los juegos deportivos de próxima generación en 3 categorías principales: física, inteligencia artificial y presentación.
Física
En definitiva, la física constituye la columna vertebral de cualquier juego deportivo. Todo puede fallar menos eso, y lo mismo aplica al revés: no importa qué tan bonito sea un título de este género, si lo que sucede dentro de la cancha, la duela, el diamante o el hielo resulta inverosímil, lo demás pasa a segundo término.
La física y las animaciones han hecho grandes avances durante esta generación, con movimientos más realistas y un dejo de simulación, pero queda mucho trabajo por hacer.
Lo principal que nos gustaría ver en un NBA 2K14, un MLB 2K15 o un FIFA 16 sería fluidez total, pues a la fecha son perceptibles las uniones entre animaciones, lo que provoca que el aspecto todavía sea un tanto robótico. Sí, es verdad, las clavadas, el swing de bateo o revés en el tenis están muy trabajados, pero cuando se trata de cambiar de velocidad o dirección, o cuando el jugador se topa con un obstáculo o situación imprevista, empiezan las anomalías, las caídas extrañas o lo irreal, para decirlo en una palabra.
Aún es común que, por ejemplo, cuando un jugador se encuentra con la red, en el caso del tenis o el futbol, o el muro en el caso del béisbol y el hockey, dé 2 o 3 pasos hacia el frente sin importar que ya no esté avanzando. Y cuando los jugadores chocan, regularmente siguen rebotando como si fueran cajas de cartón, se presenta clipping (las piernas, los brazos o los torsos se fusionan ligeramente) o una animación extraña que no corresponde con las fuerzas de la física involucradas. Basta con echarle un vistazo a lo que pasa dentro de la pintura en NBA 2K o cerca de la portería en NHL para percatarse de estas irregularidades.
Y las rarezas aplican también en Madden, cuando los futbolistas van a atrapar el balón y este mágicamente cambia su patrón de desplazamiento en el aire para ajustarse a las manos del receptor.
Incluso cuando hay un check en el hockey, no es raro ver que la animación que viene como consecuencia no es 100% realista. Y es que ese es parte del problema: aún tenemos juegos deportivos gobernados por animaciones y no por simulaciones, con excepciones como FIFA y Madden que ya podíamos catalogar de híbridos, pero que dejan que desear.
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