DUSK debutó recientemente en Steam Early Acess y se trata de un FPS de la muy vieja escuela que llega para recordarnos la época dorada del género que fue responsable de su explosiva popularidad. Esta entrega intenta recrear el sentimiento de los juegos posteriores al lanzamiento de Doom —cuando eran conocidos como Doom Clones— y antes de que el género se formalizara como First Person Shooter. Nos referimos a DUSK, una entrega que alude a la época de lanzamientos del motor gráfico de id Software y el Build Engine de 3D Realms: Doom, Heretic, Hexen, Strife, Duke Nukem 3D, Blood y Shadow Warrior, por mencionar algunos.
DUSK se ambienta en una locación que lleva el mismo nombre del juego donde prospera una secta religiosa y está dividido en 3 episodios que muestran una ligera continuidad que da contexto. En el primer episodio visitas una misteriosa congregación religiosa en una zona rural aislada con escenarios en granjas y casuchas descuidadas con una que otra instalación industrial clandestina. Comienzas en las afueras de una granja, desciendes por tenebrosas cavernas y exploras sótanos hasta que la campaña culmina en una guarida subterránea fuertemente resguardada. Digamos que es una breve introducción al mundo de DUSK.
El diseño de esta campaña es sencillo con algunos momentos asombrosos. El segundo episodio resulta más retador y desafiante. Aquí es evidente que el creador pensó con soltura y más experiencia el diseño de los mapas porque cada zona tiene, por lo menos, un punto de referencia que captará tu atención. Asimismo, el diseño general de las zonas se percibe algunos grados más complejos con secciones laberínticas y pasillos ocultos que te obligarán a dar vueltas en una misma zona para encontrar el camino a la salida. El tercer y último episodio debutará cuando el juego salga de Early Acess y, tomando en cuenta el progreso mostrado en los primeros 2, puedes estar seguro de que habrá sorpresas con un diseño maduro.
"puedes estar seguro de que habrá sorpresas"
El aspecto general nos remonta a las excentricidades de Blood con algunos toques de Heretic. También nos recuerda el cine B de terror como Los niños del maíz de 1984 y House of 1000 Corpses de 2004, mientras que la acción y el gore fueron tomados de películas como Evil Dead II. El resultado cae un poco en el cliché, pero su ejecución y la forma como está plasmada en pantalla es suficientemente sólida para obligarte a pensar un momento en el trasfondo del juego y cómo se desarrollaría un juego más completo con temas similares.
La premisa de DUSK es disparar y preguntar después… ¡Diablos!, aquí no es necesario preguntar nada. Toda la acción fluye de forma natural y da como resultado una experiencia catártica de combate clásico con emocionantes secuencias de acción que eran comunes en esta clase de juegos. Clósets de monstruos que escupen sus contenidos apenas tomas un ítem, enemigos que se teletransportan sorpresivamente cuando tomas una llave y una que otra cacería de cuartos secretos a través de todos los mapas. La acción, por su parte, sucede en grandes escenarios de naturaleza laberíntica en los cuales es común perder el sentido de la orientación hasta que en tu cabeza trabajas en un mapa mental y entonces el escenario hace clic y comienzas a navegar con soltura de forma sistemática.
El combate es simple y crudo; es clásico. Comienzas con 2 hoces que rápidamente dejas atrás por una pistola, una escopeta y hasta una escopeta doble recortada. La variedad crece progresivamente para ofrecer rifles de asalto, ballestas que empalan a los enemigos y hasta ordenanzas explosivas; es decir, la variedad clásica e infaltable en los juegos de disparos antiguos, pero no se detiene ahí. Es posible empuñar con ambas manos mucho del armamento emulando lo que era posible en juegos como Blood o Shadow Warrior. Cuando tienes 2 escopetas en las manos tu poder de fuego se incrementa exponencialmente, pero también tu gasto de municiones, así que alternar entre todo el armamento disponible es la norma dentro de DUSK.
La movilidad, por su parte, es ágil y cuenta con una gran dosis de control de aire, donde puedes cambiar de dirección durante un salto. Esta habilidad la descubrirán rápidamente los veteranos, pero incluso sin esta acción el combate se mantiene con buen ritmo con decenas de proyectiles que avanzan a gran velocidad hacia ti y los esquivas con pasos expertos de un ballet de combate que has desarrollado tras 2 décadas de práctica. Una parte sorprendente sobre este apartado es un sistema aéreo que te permite girar sobre tu propio eje durante secuencias aéreas. Con esta libertad, puedes disparar a un oponente sin necesidad de ajustar la cámara del personaje. De otra forma, tendrías que seguir el objetivo y ajustar posteriormente la cámara; este sistema te permite apuntar en un solo movimiento vertical. Cuando el personaje aterriza, la cámara de un giro brusco, lo cual nos indica que acabas de realizar una maroma. Totalmente increíble y sorprendente.
Como último detalle del sistema de juego, DUSK emplea power-ups que incrementan la cadencia de disparo del armamento e incluso innova los juegos en los que se inspira con artilugios que te permiten escalar paredes y una mecánica extraída directamente de SUPERHOT, en una especie de Bullet Time donde el tiempo y la acción continúan cuando te mueves. A pesar de que muchos de sus elementos son guiños a otros juegos, DUSK encuentra el paradigma clásico de diseño con mecánicas nuevas adecuadas para la experiencia que no se sienten fuera de lugar.
Adicionalmente, hay una modalidad multijugador que alude fuertemente a Quake —se llama Duskworld— que requiere súper habilidad y no es apto para llorones que desean recompensas por ser malos en un videojuego y un modo infinito de hordas donde debes sobrevivir con suministros limitados el ataque de oleadas de enemigos en escenarios reducidos inspirados en las locaciones de la campaña episódica. Puedes terminar las 2 campañas disponibles en un par de horas y quizá te apetezca regresar a terminarlas en dificultad más alta tomando el tiempo necesario para encontrar los secretos de cada mapa. El conjunto de DUSK y sus modalidades es digno de un juego sólido, pero su extensión puede sentirse limitada.
"una grata sorpresa para los fanáticos del FPS de la vieja escuela"
Es común durante la experiencia sonreír a lo largo de la experiencia a los guiños del desarrollador a todas las entregas en las que se basa, con elementos tan sutiles como viñetas de texto que se despliegan después de interactuar con una pintura en una pared hasta acomodos de mapas que son terriblemente familiares de instancias que visitamos en el pasado. DUSK toma prestado muchísimo de muchísimos lados. Los trampolines que te hacen volar por el mapa nos recuerdan a Strife; empuñar 2 armas y rociar plomo es igual que en Shadow Warrior; la tétrica apariencia que roza en lo caricaturesco es un guiño a Blood; la estructura episódica de la campaña y la poderosa escopeta doble recortada son elementos propios de Doom. Y así existen más referencias que son una grata sorpresa para los fanáticos del FPS de la vieja escuela.
"jugarlo no es un continuo déjà vu sin sorpresas"
En resumen, DUSK es una entrega que apuesta mucho por la nostalgia con un aspecto gráfico que no luce nada agradable bajo el estándar actual, incluso para la norma independiente súperestilizada. DUSK se ve y se siente como un juego extraído directamente de la segunda mitad de los 90, cuando los juegos aprendían a lidiar con polígonos para lograr el anhelado efecto en 3D. En este sentido, DUSK recuerda más bien juegos en 3D de época como Quake y Quake II; sin embargo, jugarlo no es un continuo déjà vu sin sorpresas que no aporta al antiguo género, sino que —de forma sorpresiva— se siente fresco, incluso en esta época, cuando ese tipo de experiencias está prácticamente extinto.
DUSK recrea la sensación completa de un shooter noventero: desde el combate donde tienes que esquivar proyectiles para resguardar tu salud hasta las sesiones de críptica exploración para obtener munición, armadura y revelar el puñado de secretos que hay en cada mapa. Es una carta de amor completa con la que te identificarán si eres un treintañero que creció durante el auge dorado de los juegos de disparos en primera persona. Totalmente recomendado.
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