Los videojuegos nos han acompañado a lo largo de nuestra vida por lo que es natural tener muchas experiencias ligadas a ellos, desde difíciles combates contra jefes, hasta momentos chuscos. Siendo yo una persona ya entrado en mis 30´s, me ha entrado la nostalgia por recordar algunas de mis experiencias mientras crecía jugando.
Las rentas del fin de semana
La infancia es una época muy agradable que por desgracia nadie aprecia en su debido momento, eran tiempos donde teníamos mucho tiempo libre para hacer tantas cosas como quisiéramos. Más importante aún, teníamos garantizados los fines de semana para nosotros. Los viernes, a partir de la hora de salida de la escuela, eran momentos donde todo lo que importaba éramos nosotros y sería así hasta la hora de dormir del lejano domingo.
Por eso los fines de semana eran el momento ideal para rentar videojuegos pues tendrías 3 tardes enteras para jugar sin preocupaciones. En mis tiempos de infancia y preadolescencia realmente no existía en México el Blockbuster y los Videocentros eran caros y escasos en Monterrey, en especial no estaban cerca de las colonias. En aquellos años la onda eran los videoclubs clandestinos, casas donde las personas instalaban sus negocios de renta de películas y videojuegos. No se trataba de franquicias, no había muchos servicios y la mayor parte del tiempo los juegos y películas se limitaban a uno por título.
Los viernes todos los niños acudían a llorarle a los papás por 10 nuevos pesos (así se llamaban cuando dejaron de ser miles de pesos) para rentar algún cartucho de Nes. Cerca de mi casa había un videoclub muy pequeño y con una variedad de juegos muy limitada, pero era donde conseguía mis rentas. Aunque empecé rentando juegos de Nes mis más queridos recuerdos son de juegos de Snes, donde tenían aún menos variedad. Los juegos eran viejos y, en su mayoría, mediocres. Solía rentar Death Valley Rally, Super Widget, B.O.B., Final Fight o Firepower 3000 y nunca terminé alguno de esos.
Cuando crecí un poco más pude irme caminando más lejos y alcancé un mejor videoclub (aún era la misma colonia, mi añorada Villa las Fuentes, al sur de Monterrey) llamado Video Sur. Su variedad de juegos era mucho mejor. En aquellos años me juntaba mucho con un primo que vivía cerca de mi casa y todos los fines de semana nos íbamos a rentar 2 o 3 juegos al Video Sur para pasar todo el viernes y el sábado jugándolos.
Eso hasta que su mamá decidió abrir su propio videoclub!!! y... la gloria absoluta, teníamos decenas de juegos de Snes y, en su momento, de N64, para jugar totalmente gratis.
Fue así que pude jugar los últimos juegos del Snes y varios de N64 (lo suficiente para saber que apestaban). Según cuenta mi primo aún conserva los juegos (el videoclub quebró hace muchos años) y dice que sí me los vende pero que no los encuentra... fuck.
Toda la tarde acabando Jurassic Park en Snes
En la era de los 16 bits los juegos no eran tan largos como ahora, si no era RPG, difícilmente tomaban arriba de hora y media para acabarse y los pocos que superaban ese tiempo tenían password o batería, tristemente Jurassic Park en Snes no tenía ni lo uno ni lo otro y sí superaba las 3 o 4 horas de duración, que fácilmente podrían ser 6 o 7 si andas perdido. si querías terminarlo debías ganártelo.
Afortunadamente el juego no era malo y un buen día lo renté y me decidí a terminarlo, eso hasta que un amigo que tengo en común con Luis (para los que no sigan Nerdcast desde hace tiempo, Luis solía escribir algunos artículos para Nerdcast hasta que le ganó la hueva), llamado como yo, Jorge, llamó a mi casa y tras platicar un rato decidió ir a ayudarme a terminar el juego.
Había yo jugado unos 40 minutos, no había avanzado mucho realmente, cuando llegó Jorge (o como le decimos para no confundirnos: George... yo soy Jurgen) y empezamos a jugar de forma coordinada, a veces él jugaba y yo revisaba las indicaciones de Club Nintendo y a veces me tocaba a mí tomar el control. Jurassic Park no era un juego de gran habilidad por lo que realmente no afectaba mucho quién jugara mientras que el apoyo de alguien que siguiera direcciones era de mucha ayuda.
Invertimos una gran cantidad de horas, 4 o 5 cuando menos (oye, a esa edad las horas se sentían más largas) cuando anocheció y... aún no acabábamos el juego!!! y claro, los tipos de OCEAN (creadores de ese y muchos otros malos juegos basados en películas) no le pusieron ni password ni batería por lo que apagarlo y perder toda la tarde no era opción. George no pudo quedarse más tiempo y tuvo que irse a su casa (vivía algo lejos de la mía) y yo, con dolor de cabeza, pausé el juego para descansar un poco y finalmente retomarlo para lograr la hazaña.
Terminé el juego!!!, uno de los cartuchos de Snes más largos, intrincados y complicados y yo lo había vencido (con algo de ayuda pero aún me tocó como una hora más de juego en solitario). Es la única vez que he terminado Jurassic Park y la vez que más horas seguidas le he dedicado a un sólo juego pero cumplí mi misión. Ahh, y nunca supe por qué Luis no fue si vive cruzando la calle de George.
Tardes de madrazos
La generación de los 16 bit tuvo una canción, la de las peleas. Los fighting games eran el género dominante en aquel entonces, justo como hoy lo son el FPS y ahí estaba yo en mi esplendor videojugador, y no estaba sólo pues alguien más compartía mi gusto por ese género... Luis.
El género estaba en la cúspide y Luis y yo queríamos jugar todos los juegos que encontrábamos, y nos topamos con algunos realmente malos y extraños como Power Moves y otros más bien mediocres como Fatal Fury, World Heroes, Tournament Fighters y Art of Fighting, de este último Luis afirma que le platiqué por teléfono TODOS los movimientos especiales que venían en el manual para que así él, que no tenía el juego, supiera cómo jugar (no recuerdo realmente haber hecho eso pero no deja de repetir lo mucho que lo aburrí).
Pero cuando queríamos jugar en serio sólo había 2 juegos, Street Fighter 2 Turbo o Mortal Kombat 2 (y aunque jugamos los que le siguieron siempre volvíamos a esos). De Street Fighter no hay mucho que recordar, era el juego más sólido de la generación pero poco caótico por lo que las peleas eran cerradas y lentas (en especial en Alpha 2). En Mortal Kombat era diferente.
El juego era más rápido, más simple de jugar y más vistoso y siempre lo jugábamos. Nuestro favorito era el 2, y el Snes nos dio no sólo una buena conversión sino algo mejor, los endurances de 4 vs 4. Luis y yo sólo jugábamos endurances y al random, por lo que aprendimos a jugar con los 12 personajes.
Nuestras peleas no eran muy cerradas y la mayor parte del tiempo Luis me ganaba, pero se caracterizaban porque nos cubríamos en exceso, no queríamos recibir un doloroso gancho por lo que podíamos estar agachados uno pegado al otro bloqueando al mismo tiempo, era gracioso de ver.
Una ocasión Luis se cansó de que siempre le salía Raiden, no era un mal personaje pero tampoco el mejor, y pasó lo inexplicable, hizo random como siempre y... 4 Raidens!!!! reseteó el juego.
En otra ocasión decidí retarlo a que jugara con 4 Reptiles, el peor personaje del juego, aceptó y... me ganó, fue humillante pero no tanto como la vez que le gané un round entero de endurances con el primer personaje que me salió (Johny Cage) en Flawless Victory (el Perfect de la serie).
Pero lo pendencieros no acabó ahí, y aunque jugamos los juegos que siguieron no fue sino hasta la serie KoF en el PS1 donde nuestra rivalidad videojugadora explotó. Luis jugó esos juegos hasta volverse casi invencible. Jugaba a diario con su hermano, horas y horas seguidas. Cuando yo tuve PS1 Luis me hizo conseguir el juego y me barría por completo, hecho que me motivó a entrenar duro, aunque yo solo pues no tengo hermanos, y aunque Luis aún me ganaba 10 por cada vez que yo lo vencía, me volví bastante bueno, lo suficiente para acabar KoF 98 en la máxima dificultad sin usar a mi tercer personaje. Ese es un nivel muy elevado, pero insuficiente para vencer a alguien como Luis, que abusó del juego.
La era KoF fue la más productiva en nuestras peleas y de hecho fue tan influyente en nuestras vidas que muchos de los personajes de mi historia, Eris, salieron de KoF pues tanto Lewis como Jurgen fueron basados en Ralph y Clark mientras que jugué tantocon Blue Mary que decidí plagiarla y así nació Sharon. Todo gracias a la serie KoF y a las tardes de madrazos.
Y las peleas continúan de vez en cuando gracias a Xbox Live Arcade, pero Luis ha perdido el toque, no es quien era antes y ahora la ventaja la tengo yo, y eso que tampoco soy tan bueno como alguna vez fui.
Recientemente le gané una pelea (al random, siempre jugamos al random, de hecho dominamos al 80% de los personajes de KoF98) y se molestó tanto que decidió usar su equipo oficial (Yashiro Orochi, Clark y Goro), seguro de poder barrerme, yo seleccioné a mi equipo fuerte (Kyo, Blue Mary y Goro) y yo gané, y gané todos los combates que tuvimos así.
Los juegos de pelea fueron parte importante de mi infancia y adolescencia, una de las mejores etapas de mi vida videojugadora (porque mi vida de estudiante apestaba).
Derrotando a Ruby y Emerald en FFVII
Los jefes especiales en los RPG existían antes de estos 2 pero fue en este juego donde más se popularizaron (gracias a que el género había cobrado mucha fuerza en nuestro continente). FFVII fue una revolución para todos, era la envidia de los poseedores de un N64 y tenía tantos secretos que, aún hoy en día, sentimos quedan sin descubrir (revivir a Aeris por ejemplo).
En aquellos años, aproximadamente 1998 o 99, yo había terminado el juego varias veces pero no había logrado vencer ni a Ruby ni a Emerald, 2 jefes especiales que no eran obligatorio derrotarlos y que tenían un poder impresionante, mucho más alto que el de Sephiroth (el jefe final).
Más importante aún, no conocía a nadie que los hubiera vencido. En una ocasión había alcanzado ya muy buen nivel y había mastereado muchas materias (incluyendo el Knight of the round) por lo que otro amigo en común con Luis, llamado Néstor, me pidió prestada mi memoria para copiar los datos y ahorrar tiempo de grinding. Yo estaba muy orgulloso de mi nivel así que se la presté exigiéndole que NO vaya a borrar los datos pues el wey tenía fama de haber borrado el Final Fantasy 3 de Luis.
Y lo hizo, por accidente borró el archivo de FFVII en vez de copiarlo!!! Cuenta su hermano (llamado Raziel) que Néstor se puso muy nervioso y no le quedó más alternativa que jugar y jugar para recuperarme mis datos, y según parece jugó demasiado pues, cuando me regresó mi memoria, no estaba mi archivo sino uno con todas las materias mastereadas y con Ruby y Emerald derrotadas. No lo podía creer.
Decidí que yo también debía alcanzar ese logro por lo que inicié nuevamente el juego procurando llegar al máximo y descubrir todos los secretos que en mis jugadas anteriores había ignorado. Conseguí todos los chocobos, todos los limits, descubrí cómo entrar de nuevo a Midgard y armé a mis personajes de modo que era un semidios, con un Cloud nivel 99 equipado con la mejor arma, la materia Double Attack masterada (que me daba 4 ataques por turno de 9999 de daño por ataque), cover materia (para bloquear ataques físicos destinados a otro personaje) y 3 counter materia (contraataque de 9999 de daño cada que recibía un golpe, y daba 3, y recibía los ataques de los otros personajes). Además de lo obvio, Knight of the Round al máximo, Quadra Magic y lo mismo para los demás personajes ya en nivel 99.
Y ni así pude ganar, me faltaba el combo adecuado, la Underwater Materia, El Final Attack materia y el Phoenix Summon mastereados. Los conseguí y tras una laaaarga batalla pude vencer a Emerald. Le llamé a Néstor muy emocionado para decirle lo que había logrado y presumirle mi hazaña a otro amigo en común de ambos, llamado Fernando, que era fan hardcore de Square y no los había vencido...
Sólo que Fernando ahí estaba, en casa de Néstor, había ido a comunicarle que había vencido a Ruby y a Emerald la misma tarde que yo había derrotado a Emerald, y aún me faltaba Ruby!!!!. Mi amor propio estaba destrozado, tomé mi memory y fui a la casa de Néstor a vencer a Ruby frente a Fernando, a Raziel y al mismo Néstor. Y tras una larga y agónica pelea lo logré. Entré en la élite de aquel tiempo de quienes vencieron a esos 2 jefes especiales, los más difíciles hasta ese momento en la historia de los RPG. Luis no les había ganado aún (ni a la fecha puesto que acabó el juego usando el archivo de su hermano, lo que no cuenta).
Si bien hoy no es un secreto la forma de vencer a esos 2 jefes, pues son más maña que fuerza, en aquellos años, con poca posibilidad de tener internet, vencerlos era un logro que no cualquiera conseguía y uno de mis recuerdos más frescos de mi juventud.
En 20 minutos me voy, acabemos de nuevo Battletoads in Battlemaniacs antes de irme
Luis y yo hemos jugado y terminado muchos juegos, algunos muy difíciles como Contra 3 en hard y Brawl Brothers (beat em up de elevada dificultad) pero el recuerdo que siempre llega en nuestras pláticas es nosotros jugando Battletaods in Battlemaniacs (BiB de ahora en adelante) un juego de Snes que, si bien no tan difícil como el de Nes, no es nada fácil, y que además tiene la peculiaridad de estar hecho de modo que jugar de 2 duplica la dificultad pues si uno pierde ambos reinician el nivel, y los niveles están hechos de modo que pierdes de un toque después de la segunda escena.
Pero Luis y yo lo jugábamos mucho, y claro, no lo acabábamos al principio ya que siempre llegábamos a la escena de las motos y ahí quedábamos. Trataba de jugarlo con el primo del que hablé en el recuerdo de las rentas y.. nada, igual hasta las motos. Luis ya lo había terminado junto a su hermano y quería acabarlo conmigo por lo que me pidió que practicara entre semana para tratar de acabarlo durante sus visitas del sábado, cosa que hice, finalmente logré dominarlo por mi cuenta.
De ese modo comenzó nuestra tradición de terminar BiB al menos 2 veces (sábado y domingo) cada semana y nos volvimos muy buenos, conocíamos cada escena y acabábamos más en competir entre nosotros que contra el juego. Luis dominaba las víboras mientras que yo era inalcanzable en la escena de la sierra (con un sondtrack de lujo), tanto que hasta perdía tiempo intencionalmente para ver si Luis lograba alcanzarme... para luego volver a dejarlo muy atrás.
Éramos hábiles en BiB, jugábamos otros juegos (y claro, muchas peleas) pero siempre había BiB incluído en nuestras sesiones. Si alguna vez he dominado un juego, éste era ese juego.
Una ocasión no teníamos tanto tiempo porque Luis tenía algo que hacer y no quería tomar el camión tan de noche, ya estaba anocheciendo y habíamos jugado bastante y terminado previamente BiB. Recuerdo que eran aproximadamente las 7 pm y que Luis debía irse a más tardar a las 7:30 pm (según yo era viernes). Teníamos sólo 30 minutos y no se podía retrasar, ahí fue cuando dijo las fatídicas palabras: “acabemos BiB una última vez antes de irme)”.
Quedé perplejo, éramos buenos pero terminarlo en 30 minutos era muy difícil, no era un juego largo pero sí era de una dificultad muy considerable, aún a nuestro nivel hacer un speed run de 2 en ese juego era algo que no se había hecho antes en el mundo, perdimos varios minutos discutiendo eso por lo que ya no eran 30 minutos sino poco más de 20. Total acepté.
Pusimos el juego y avanzamos como una teibolera se levanta cuando acaba la canción (o sea, bien rápido). La primer escena era un beat em up tipo final fight, muy fácil, no tuvimos problemas. La segunda escena es algo lenta, bajar en un túnel (creo que era un árbol) usando unas bases flotantes. Ahí se puede hacer vidas golpeando unas moscas pero... no había tiempo!!! ignoramos eso y avanzamos tan rápido como pudimos.
Llegó el bonus stage, una escena donde no perdemos vidas pero podemos hacerlas tomando pinos de boliche a alta velocidad, no podíamos perder tiempo y nos dejamos perder sin hacer vidas. Seguimos jugando, llegó la escena de las motos y la pasamos como el viento, las víboras, una de las más difíciles y que requieren más coordinación en la historia de los side scrollers, parecía magia, cada salto era preciso, cada movimiento simultáneo, avanzábamos rápido y sin equivocarnos. Llegó la escena de la sierra y, dominé como de costumbre, luego otro bonus y nuevamente nos dejamos perder para acabarlo antes.
La escena final, la carrera contra la rata. Avanzamos como Flash, sabíamos el camino, fuimos rápidos.
La pelea contra Dark Queen, conocíamos los trucos y dónde acomodarnos, la derrotamos fácilmente y... acabamos el juego!!!
Vimos el reloj... habían pasado aproximadamente 20 minutos desde que empezamos a jugar, LO HABÍAMOS LOGRADO!!! Luis se fue a su casa feliz y yo quedé asombrado de haber terminado un juego tan difícil como BiB en 20 minutos. Sí, perdimos algunas vidas, pero no más de 4 entre los 2. Sin duda un logro importante. Un juego de elevada dificultad siendo pwneado por 2 nerds de no más de 15 años (1996 cuando mucho, quizá antes).
Un recuerdo reciente
Todos estos son recuerdos de mi infancia y adolescencia, la época donde más jugaba, aunque creo que los vidoejuegos me gustan todavía más hoy en día, pero admito que mis habilidades ya no son como antes pues no domino en ningún juego en específico. Pero existe una ocasión de hace unos 2 años que nunca olvidaré, irónicamente en un juego retro pero que no jugué en su momento.
Se trata de Super Contra, un gran juego de arcade, muy difícil y que nunca pude jugar en Nes debido a que mi consola se descompuso. Durante muchos años quedó alejado de mí, hasta que lo pusieron en Xbox Live Arcade y muy emocionado lo bajé y Luis hizo lo mismo, tampoco lo jugó mucho en su época y nunca lo habíamos jugado juntos.
Previamente habíamos terminado Contra Arcade en Xbox Live y conseguimos el logro de acabarlo en menos de 12 minutos, algo decente pero no tan impresionante pues el juego no era ni muy difícil ni muy largo para viejos lobos de mar como nosotros. Super Contra no era así, era mucho más difícil. Durante nuestras primeras sesiones ya habíamos perdido continues antes de pasar el primer nivel y, creo que el juego sólo te da 3 vidas y 2 continues y YA!!!. Pasamos mucho tiempo frustrándonos y avanzando poco a poco, reiniciando el juego y repitiendo. Duramos así meses.
No pudimos acabarlo online pero Luis llegó de visita a Saltillo, era el momento de jugarlo codo a codo. Hasta ese día yo había llegado generalmente más lejos en nuestras sesiones, aunque sólo una vez alcancé al jefe final y me pwneó. Tras jugar otros juegos (Fifa 09, Bionic Commando Rearmed, KoF, etc) y ya cansados ambos (yo tuve que trabajar desde las 6 am por lo que estaba desmañanado) pusimos Super Contra, Luis no lo quería jugar pero yo deseaba terminarlo.
Empezamos el juego y avanzamos bien, para ese momento ya teníamos dominadas las primeras 3 escenas aunque la parte final aún nos pesaba. No tenía muchas escenas, apenas 5 según creo, todas muy difíciles. Avanzamos relativamente bien pero morimos, ya sin muchas ganas decidimos intentarlo nuevamente.
Primera escena, fácil para nosotros. Sabíamos que la clave era NO perder ahí pues necesitábamos las vidas y las armas (una S para Luis y una M para mí). Lo logramos, pasamos la segunda escena, luego la retadora tercera (ya no teníamos las armas) y tras mucho esfuerzo y avanzar con cuidado, gritándonos para no robarnos pantalla, coordinando los saltos y movimientos, llegamos a la escena final y luego al jefe.
Yo tenía sólo 2 vidas, Luis tenía 4 y estábamos frente a Mother Brain, no era rival para nosotros en Contra 3 pero éste no era Contra 3, aquí nosotros éramos sus putitas. Comenzamos la pelea y tras unos minutos logramos tumbarle un ojo, pero yo estaba ya en mi vida cero, Luis aún conservaba 2 y no teníamos Continues. Era el momento final, si no lo lográbamos ahora nunca lo haríamos, vi que yo no sobreviviría y mientras aún flasheaba al regresar en mi vida 0 (cuando te matan y vuelves al juego eres invencible por unos pocos segundos) me lancé directo al cuerpo de mother brain a dispararle tan rápido como pudiera just a su punto débil. El cuerpo de Mother Brain (y de todo enemigo en Contra) te mata al contacto por lo que, acabando mis segundos de invencibilidad, iba a morir.
Los segundos se sintieron horas... le dije a Luis, “me sacrificaré para dañarla todo lo que pueda, luego tú haces lo mismo, tienes 3 vidas (2 más la 0), puedes lograrlo”. Disparé tan rápido como pude hasta que empezó a explotar Mother Brain y yo aún seguía ahí, mi invencibilidad apenas terminaba pero habíamos hecho el daño suficiente (y ni siquiera le habíamos tumbado el otro ojo, sin mi táctica no le hubiéramos hecho daño directo). Grité de emoción, había logrado acabar el juego y estando aún vivo. Luis no lo podía creer y yo estaba tan emocionado como cuando tenía 15 años y, por un momento, volvimos en el tiempo a aquellos fines de semana de nuestra época de estudiantes, con un control en las manos, codo a codo y con un sólo objetivo, terminar el juego.
Adultez gamer.
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