De violencia gratuita y opiniones extremistas.

Mucho se ha hablado de la relacion videojuegos-violencia en estos días, personalmente es un tema que considero muy delicado y a pesar de que puede sonar cansino debido al bombardeo que hemos tenido de lo mismo expresaré mi humilde opinión.

Sería muy irresponsable culpar a los videojuegos o a cualquier otro medio de entretenimiento como la música, el cine o la literatura de conductas violentas por parte de la sociedad; desde siempre se ha buscado la manera de desprestigiar a aquello que es del gusto de grupos sociales minoritarios, mi padre me platica de aquellos tiempos en que escuchar rock era estereotipado como algo tabú, de aquellos tiempos en los que tener ideales solía ser mal visto por una sociedad que se rige bajo normas moralistas; y en tiempos actuales (o al menos los que me ha tocado vivir) he visto como grupos de doble moral o extremistas culpan a las modas o tendencias de actualidad.

Recuerdo en mis tiempos más joviales aquellas conductas condenatorias sobre la música techno, industrial o máquina, o aquel escándalo del “baile prohibido” que supuso la lambada, o de cómo el gobierno condenaba a un grupo de indígenas armados que protestaban en contra del TLC, recuerdo como los medios trataban de desviar la atención con temas como el boom de los ovnis o el chupacabras en tiempos cuando el más grande robo de la historia de nuestro país azotó a la población mexicana, la creación del FOBAPROA; pero son sólo ejemplos de algo que quiero describir a continuación ya que no es mi deseo generar una polémica en torno a la política.

Atacar a grupos condenando sus costumbres y conductas no es algo nuevo, desde siempre ha existido el constante asedio en contra de personas homosexuales, recientemente vimos como en base a la violencia prácticamente se acabó con la tribu urbana de los emos, todo porque no somos lo suficientemente tolerantes como para aceptar diferentes ideas y distintas maneras de vivir y expresarse, siempre la sociedad condena lo diferente, lo que no entiende o no está al alcance de su razón, siempre bajo el mismo argumento: “es dañino para la sociedad y contamina a la juventud”.

De la misma forma que es irresponsable condenar por completo a un medio de entretenimiento, también es igual de irresponsable eximirlos por completo ¿contradictorio?, no, pues hay música que incita a conductas violentas, claro ejemplo son los corridos que exaltan y glorifican los actos de un narcotraficante, temas de rock que incitan al suicidio o al asesinato, temas goticos que hablan de conductas depresivas o simplemente a acciones fuera de la ley, es común ver en la portada de un CD el “parental advisory” de contenido inapropiado, también es comun ver en cartelera películas con altísimo contenido violento y litros innecesarios de sangre desparramada por doquier, ver libros que hablan de asesinos seriales, psicópatas e inadaptados sociales, todo ello con lujo de detalles que desafían a la imaginación más conservadora, sólo que a diferencia de la música y el cine, los videojuegos y los libros no llegan de forma forzosa a nosotros, la música la escuchamos aunque no queramos, pues al subirte al transporte público la oyes a fuerza, las peliculas se exhiben sin control en cualquier tianguis y las portadas (incluso las XXX) las ve todo el mundo involuntariamente a la salida de cualquier metro.

Pero la pregunta del millón:

¿Porqué si todos estamos expuestos al mismo bombardeo social y cultural violento, solo unos pocos detonan en conductas que los orillan a cometer crímenes tan atroces?

Trataré de explicar mi punto de vista a continuación

Estos días para mí ha sido común leer cosas como:

- Toda mi vida he jugado juegos violentos y no soy un asesino
- Lo que usa un asesino son armas, no videojuegos
- La culpa de todo la tiene la ley gringa de posesión de armas

Si... Y no.

Si bien una persona armada es más peligrosa que una que no lo está, también debemos saber que alguien con el suficiente desorden mental puede ocasionar daño aún desarmado, el maltrato psicológico también existe, no es de a gratis que ahora se considere grave y urgente por darle solución a un tema antes desapercibido como el bullying, también hace poco supimos de unos padres sin escrúpulos que fueron capaces de sacarle los ojos a su propio hijo ¿acaso eran videojugadores?, la verdad lo dudo mucho.

Estar expuesto a escenas violentas no necesariamente nos va a conducir a ser violentos, pero hay un punto muy importante: cuando ese bombardeo mediático llega a nosotros en una edad de formación mental y definición del carácter, la posibilidad de sufrir un daño mental es bastante grande, ¿qué aprende un niño al ver a su padre ebrio golpear a su madre y a el mismo todas las noches?, muy probablemente va a desarrollar rencor y odio, también va a asumir como una conducta apropiada y válida lo que hace su progenitor y es casi seguro que terminará haciendo lo mismo cuando llegue a la edad adulta, hay excepciones como en todo, pero la posibilidad es enorme.

De la misma forma exponer a un niño en formación a observar como Marcus atraviesa con una motosierra a un Locust, como Chris y Jill le vuelan la cabeza a un zombie con una escopeta, o como Kratos despedaza a todo ser que ose atravesarse en su camino... ¿qué va a aprender de eso?, ¡Bingo!... conductas violentas.

Entonces... ¿si son culpables los videojuegos de las conductas violentas o no?

Rotundamente no, en definitiva el culpable es aquel padre irresponsable que expone a su hijo a videojuegos no aptos para su edad, ese padre que prefiere dejar a una consola como niñera de su pequeño para no “perder valioso tiempo” en pasar un rato conviviendo él.

¿Tienen la culpa las armas? ¡No!, las armas no matan personas, ¡las personas matan personas!, pero de la misma manera que yo no le permitiría a mi hijo jugar videojuegos 18+, mucho menos le voy a permitir usar un arma de fuego, estamos hablando de cultura, de responsabilidades que los padres quieren sacudirse y no aceptan echándole la culpa a algo o a alguien más; y regresando a los primeros párrafos de este post: todo gobierno siempre buscará la manera de encontrar un chivo expiatorio con tal de no admitir sus errores, de excusarse por no ofrecer educación de calidad a su población y de justificar sus actos bélicos en los cuales van armados hasta los dientes, esto no es nuevo, no ha cambiado y difícilmente lo hará.

Es extremadamente difícil cambiar paradigmas tan arraigados como lo es la educación en el ámbito familiar, pero a nosotros como padres (o en mi caso futuros padres) nos corresponde enseñar a nuestros hijos a diferenciar ficción de realidad, de inculcar el respeto a la vida ajena y a la opinión de grupos con ideas diferentes, así como también poner límites desde su edad en formación para hacerlos personas de bien; sólo así se acaba la violencia, con educación, pero de la que empieza desde la casa.

Terminaré esto con un párrafo que ya había escrito antes como comentario.

El día que una persona sepa diferenciar el bien del mal y la realidad de la ficción, será cuando esté listo para ver en pantalla toda la sangre y visceras que su estómago pueda soportar; pues ese día sabrá que al soltar el control y ver la frase de “Game Over” está de vuelta en el mundo real, ese mundo donde al morir no hay respawns y donde tiene una vida en la que los errores cuestan caro y traen consecuencias negativas, pues no existen los checkpoints ni los savegames.

Hasta pronto.