MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- -¿A dónde fuiste ayer?
-A dos antros.
-¿Y a cuántas viejas te cogiste?
-A dos, les pagué y luego las maté para recuperar mi dinero.
¿Una conversación entre adultos criminales? No. Fue la plática entre niños de tercer grado de primaria en un rincón del patio de su escuela.
En este punto los videojugadores dejan de leer, van a los comentarios y escriben "para eso existen las clasificaciones", "hurrrr los videojuegos no me hacen violento", "hurrrr están atacando a los videojuegos y no a las telenovelas que tienen sexo y violencia", "por qué no culpan a los padres por dejar sus hijos jugar eso"
El artículo trata la aproximación a la pornografía y temas adultos y concluye que el problema es de los padres.
Citando al artículo:
Con la debida distancia, agrega la psicóloga de la UNAM: “es un poco lo que sucede cuando un niño pequeño es abusado sexualmente, él no sabe qué está pasando, lo está viviendo pero no lo puede integrar adecuadamente porque no sabe qué es, le puede dar una connotación de vergüenza o culpa o creer que es un juego que todo mundo juega, hasta que más adelante se da cuenta que no era así”.