Para todos es muy bien sabido que el sector de la prensa esta conformado por compañias más que por columnistas, reporteros, criticos, etc, ya sea que esten dirigidas a sectores específicos como el de videojuegos, farándula, deportiva, científica, tradicional, etc, es un lugar muy competido, el negocio es atraer a los lectores para tener más publico y luego vender espacios publicitarios, notas promocionales o enganchar al lector con un pago directo, como una suscripción/pago unitario por ejemplo
Este último método era el más comprometido con el lector, ya que pagabas material impreso y si descubrías malos reportajes, títulos trucados(amarillistas/click bait), demasiada publicidad o algún otro problema se castigaba directamente a dicha compañía dejando de comprar lo que ofrecía, hablo de su periódico o revista, pero con el auge de internet vino el primer cambio y fue un punto de inflexión para las antiguas compañias, no solo el usuario se convirtió en un competidor directo, ahora las primizas( o primisias, no sabo como se diga) tenían minutos de vida, cientos de microcompañias tenían vos y para rematar, los comentarios por el mismo public en cada nota generaban más interés, que las misma nota, lo que le quito mucho valor de quién antes era la única voz, aun no logrando adaptarse a todo esto y surgen los youtubers, con un nuevo formato y más saturación
Gamepass, a mi punto de vista es un problema más para la prensa, y no soy el único que lo ve así, es la misma prensa que ahora lidia con un doble dilema con gamepass, el primero es que ya no hay dinero como "rehén", no importa que calificación se de, jugar a un juego no genera un gasto extra, devaluado aún más la opinión, y el segundo problema es la critica popular sobre una reseña, ahora los mismas reseñas son criticadas en caso de no encontrar objetividad
En conclusión, estamos viendo como cada vez el valor de la opinión tradicional pierde peso y el empleo/trabajo de ese sector depende de su propio valor ante el publico, vemos opiniones reservadas de los juegos que no se tienen que comprar y una saturación de opiniones sobre los que si se tienen que comprar en un intento por mantener el valor de la opinión