Con el Wii U a escasos meses de su lanzamiento y los crecientes rumores en torno al nuevo Xbox, todo parece indicar que la nueva generación está cerca, y aunque para la comunidad eso supone anhelos y expectación, para David Jaffe, padre de God of War y Twisted Metal, son únicamente malas noticias o más de lo mismo.
No podría importarme menos la nueva generación. Empecé en Sony haciendo juegos para Super Nintendo y Sega Genesis y luego pasé por el PS1, luego el PS2, PS3, Vita atraviesas el ciclo lo suficiente como para darte cuenta de que lo que hoy es un ¡Oh, por Dios! es el Ehh, me da lo mismo de mañana.
"Al final, todo va a quedar en el pasado y lo que importa es la experiencia, el juego. A menos que hablen de hologramas o Inteligencia Artificial tan sorprendente que realmente pueda construir una historia atractiva a partir de tus decisiones, no me interesa, declaró tajantemente.
Y es que debemos recordar que esta clase de cambios para los desarrolladores suponen dificultad para crear nuevos juegos pues no se conoce bien la arquitectura, poca gente a quién vendérselos y presupuestos astronómicos que reducen los ya de por sí limitados márgenes de ganancia. Ya no me emociona tanto la nueva tecnología; significa que los presupuestos se disparan. Apesta. Lo que yo pido, lo obtengo de un PSP o un 3DS siempre están encendidos, hay modo de espera y sólo presiono un botón para volver justo a donde estaba sin tener que pasar por toda esa mierda de arranque.
Aunque no de forma tan soez, otros desarrolladores ya antes han hecho hincapié en las dificultades de la transición. Uno de ellos fue Todd Hollenshead, director general de idSoftware, quien a mediados del año pasado declaró que está conforme con la longevidad de esta generación de consolas, pues la peor época económica para un estudio es cuando incursiona en nuevos sistemas.
Comentarios
Mejores
Nuevos