En la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos, un chico de 13 años, Crystian Rivera, está siendo acusado de homicidio contra su hermana de 9 meses de edad. El tema está cobrando relevancia porque la policía asegura que la agresión contra la bebé fue motivada por la frustración del chico cuando el personaje de su juego fue asesinado.
La policía fue llamada a un hospital el 16 de agosto debido a una presunta agresión contra un bebé, cuyas heridas no eran consistentes con la explicación de los padres de la niña. La pequeña fue tratada en el hospital infantil por severo daño cerebral y fractura de cráneo.
Rivera le dijo a la policía que él se encontraba jugando videojuegos cuando su hermana se cayó y comenzó a llorar. El presunto responsable alegó haberse sentido enojado y frustrado cuando el personaje de su juego fue asesinado, por lo que levantó a la niña del suelo y la azotó, de acuerdo con un reporte policial. Después de esto, Rivera volvió a su juego. La niña murió debido a sus heridas el viernes pasado. Al parecer no fueron presentados cargos contra Rivera.
Los padres de los chicos trabajaban desde muy temprano en la mañana hasta muy tarde; sin embargo es un acto sumamente irresponsable y negligente dejar una bebé al cuidado de un niño. Por otro lado, cuando un jugador incurre en este tipo de actos la industria entera parece cargar con la culpa, como si los juegos provocaran este tipo de conductas. Según estudios recientes, los videojuegos pueden aumentar el grado de agresividad de una persona que ya sea en sí misma violenta o presente tendencias agresivas.
Aunque lamentable en la dimensión humana del caso, notas como esta son el argumento perfecto para las figuras públicas (como él y ella) que no dejan de responsabilizar a los videojuegos (como antes al cine y la literatura) de las deficiencias de las familias y sociedades.
Comentarios
Mejores
Nuevos