Tras años de trayectoria e imponerse entre los eventos de videojuegos más importantes de América Latina si bien en algún momento pudo catalogarse como el principal, el Electronic Game Show de la ciudad de México comienza a mostrar los primeros indicios de una decadencia de la que tal vez no podrá recuperarse. Y es que con su edición 2012, los altos precios no encontraron respaldo en una buena oferta de contenido, y ante la carencia de material relevante, la audiencia se redujo considerablemente en comparación a años previos.
La estructura del EGS Fest está conformada por pabellones temáticos, que van de los deportes al horror, pasando por zonas dedicadas a juegos específicos como Asassins Creed III, una idea que de primera impresión lucía extremadamente atractiva, lamentablemente la ejecución pecó de simple y los decorados ni siquiera daban realce al tema que se supone, hacían honor. Sobra decir que otro problema, arrastrado de entregas anteriores del evento, es que el mayor porcentaje de los juegos mostrados durante la expo ya están disponibles a la venta, y las pocas novedades se limitaron a Wii U y sus juegos, que llegarán el 18 de noviembre, Halo 4 que sale el 6 de noviembre, y God of War: Ascension, cuyo lanzamiento está programado hasta 2013.
Expresado de otro modo, los visitantes a la convención debían pagar $200 MXN para entrar un solo día ($150 MXN en el caso de las mujeres), o $500 MXN para los tres días que dura el evento, con el único beneficio de probar principalmente juegos ya disponibles en tiendas. Irónicamente, Nintendo planea hacer demostraciones de Wii U en centros comerciales, de las que será fácil tomar parte, así que en realidad el EGS Fest no tuvo una exclusiva real. Cabe mencionar que a los defectos mencionados, se suma una pésima logística y el hecho de que muchos expositores se quejan de que les cancelaron su espacio de último momento.
Es difícil predecir cuál será el futuro de esta ya no tan magna expo, lo cierto es que si bien puede no ser la intención de los organizadores eso quedará a disposición de una respuesta formal por su parte, el importe de acceso es una falta de respeto para el público que entusiasmado con la promesa de novedades y actividades, se encontró con una convención estéril, casi aburrida. Las redes sociales no dejan de exponer la precaria situación, y hasta hacen comparaciones de lo que era el pasado de EGS, a lo que es ahora. Al final, el mayor problema es que la industria de los videojuegos en México pierde credibilidad a causa de estos penosos ejemplos que se cuentan entre muchas otras circunstancias. ¿Nuestra recomendación? Ahorra ese dinero que ibas a gastar en la entrada, y utilízalo para comprar un juego, o seguir ahorrando para tu Wii U.
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