Una nueva tragedia ocurrió en el contexto de la cultura norteamericana de las armas: Christopher Roupe, un joven de Euharlee, Georgia, Estados Unidos, fue ejecutado por la policía después de que los agentes de la ley buscaran a su padre en su domicilio con una orden de arresto. Roupe abrió la puerta con un Wiimote en la mano, lo que provocó que la policía lo matara a tiros al pensar que se trataba de un arma de fuego.
Los vecinos y testigos señalaron: "Cuando llegamos vimos que tenía un Wiimote en la mano y la policía le había disparado". Por lo pronto, la familia de Roupe contrató a un abogado y se prepara para presentar sus evidencias al Circuito Judicial del Condado de Cherokee.
El funeral del infortunado chico se llevará a cabo el viernes, 21 de febrero. Por el momento, la posibilidad de que se le haga justicia es difícil, pues la legislación policial en E. U. A. y la abundancia de armas de fuego en dicha nación da prácticamente derecho de vida y muerte a los policías involucrados en operativos.
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