Desde que tengo memoria en mis años como entusiasta de juegos para PC —y de la tecnología—, Intel siempre ha sido la mejor opción para armar una nueva máquina. ¿Cómo olvidar el comercial de 1997 con los fabricantes de Intel en trajes herméticos bailando al compás de la música disco? Justo como en esas épocas, la tecnología MMX —exclusiva de Intel— fue un pilar para la evolución del entretenimiento digital y para el PC Gaming.
Lo curioso es que los procesadores más recientes de Intel están haciendo lo mismo que en aquellos tiempos heroicos: ser la base para toda clase de equipos que se ajustan a muy diversos tipos de necesidad. En nuestro caso particular, del PC Gaming, es especialmente cierto, porque esta tecnología complementa mejor que ninguna otra lo que puede hacer cualquier GPU.
Cada generación de procesadores tiene algo especial —algunas son más emocionantes que otras— y la quinta de los Core i de Intel, conocida como Broadwell, es la más revolucionaria en últimas fechas, porque tiene mucho poder y consume incluso menor cantidad de energía que cualquiera de sus antepasados. Eso significa que en una laptop la batería dura más tiempo.
Hay mucho tecnicismo detrás de lo que hacen estos procesadores, pero en términos simples debes saber que la arquitectura Broadwell hacer rendir hasta 30% más la pila de las laptops —en los modelos de 15 W y con Intel HD Graphics, así como en los de 28 W con Intel Iris Pro—. Como seguro ya sabes, el gasto de batería depende de lo que estás haciendo y basta decir que no es lo mismo jugar con todos los settings en lo más alto, que ver videos en YouTube. En este caso la diferencia frente a los procesadores de la generación anterior es una pila que dura 90 minutos extra al reproducir contenido y en PC Gaming, de unos 30 o 40 minutos.
Y es que no debería hacer falta decir que la duración de la pila es uno de los aspectos básicos al momento de elegir un nuevo dispositivo, sea una computadora 2 en 1, laptop, tablet o hasta celular —¡especialmente laptop y celular!—, pues es lo que define qué tanto puedes moverte con el equipo. En estas fechas hay pocas cosas más terroríficas que quedarte sin batería... bueno, tal vez es peor quedarse sin Internet.
Pero si lo que quieres es saber de dato duro, aquí va: la magia detrás de la quinta generación de Core i está en que el proceso de manufactura es de 14 nm. Los transistores son tan compactos, que hay menor cantidad de energía circulando en el procesador y en consecuencia, también menos calor. Sólo para poner las cosas en perspectiva, hay 13,000 millones de transistores adicionales en un Broadwell —equivalente a 35% más—, a pesar de que el tamaño se redujo 37%.
Core i5 vs. Core i7 ¿cuál conviene más?
Una de las muchas preguntas que seguro tienes cuando buscas un nuevo equipo para jugar es ¿con cuál procesador conviene más? La respuesta siempre puede variar pues cada procesador está diseñado para cumplir ciertas necesidades. Si comparamos un procesador Core i5 contra un Core i7 —ambos de la misma generación—, lo más sencillo es decir que uno tiene más núcleos, pero las cosas son más complicadas que sólo eso. Hay muchos modelos y variantes, cada uno con diferencias mínimas, aunque importantes, dependiendo de lo que hagas. Mientras que los i7 tienen 4 núcleos y Hyper Threading, los i5 tienen únicamente 2 (con excepción del i5-5257U). Pero la ventaja real del Core i7 es que tiene una mayor frecuencia —es más rápido—, a pesar de que consume la misma cantidad de energía que un i5. Para que te des una idea, un i7 a 3.1 GHz en turbo gasta lo mismo que un i5 a 2.9 GHz en turbo —o sea, 15 W—.
Las cosas, hasta aquí, están muy directas: entre más alto sea el número, mayor la velocidad. Obvio, detrás de esa simpleza hay muchísimo más. Tienes que considerar el threading (número de hilos de proceso), el caché de la memoria, los canales, el ancho de banda, la frecuencia, el TDP y una serie de datos que pueden ser abrumadores. La ventaja es que Intel simplifica las cosas al catalogar cada procesador en tipos de usuario. Por ejemplo, el Core i7-5700HQ, que está entre los más avanzados de la familia Broadwell, tiene el poder suficiente para aplicaciones de uso muy demandante —Photoshop con docenas de layers, Illustrator, Premiere—, juegos modernos y exigentes procesos multitareas —tener todo lo anterior abierto al mismo tiempo—.
Y de hecho el Core i7-5700HQ, que está en la MSI GP62 2QE, se desempeña mejor que el Core i7-4720HQ —que es "más poderoso", pero de la generación anterior— de la Razer Blade Pro. Dentro de las pruebas sintéticas de 3DMark (2013), los Broadwell de Intel tienen hasta 18.8% de desempeño extra. En cuanto a juegos, gracias a que el equipo está equipado con una GeForce GTX 950M, el procesador arroja números muy favorables en Tomb Raider promedia 71.6 fps en High, mientras que con BioShock Infinite ofrece 89.8; Middle-earth: Shadow of Mordor 29 y Arkham Knight 22. Los resultados en algunos casos pueden ser bajos, pero recordemos que se trata de un procesador de alto desempleo combinado con una solución de video del segmento de entrada. A pesar de todo el paquete completo es un equipo balanceado, con capacidades de gaming, de trabajo y para el hogar.
Lo interesante es que Intel Iris Pro, que está entre los beneficios de la quinta generación de Core i, representa un avance sustancial en cuanto a gráficos integrados. Más allá de reproducir contenido 4K —que ya es requisito básico para cualquier GPU que se considere decente—, el nuevo chip tiene buen desempeño para gaming real. O sea que no sólo es bueno para Candy Crush y Plants vs. Zombies. En pruebas reales, Intel Iris Pro 6200 —el que está en Core i7 5775C y Core i5 5675C— permite jugar BioShock Infinite a 87.5 cuadros por segundo en promedio dentro de una configuración de 1920 x x1080 pixeles y calidad de video media. Con Grand Theft Auto V, un título demandante por su naturaleza sandbox y tantos elementos en movimiento, Iris Pro ofrece en promedio 123 fps cuando juegas a 720p. Nada mal si lo comparamos con los históricamente terribles GPUs integrados de hace algunos años.
Todo lo anterior suena muy bien, pero no es lo único. Los procesadores Intel de quinta generación brindan otros beneficios llamativos, como la tecnología WiDi, con la que puedes stremear contenido en 1080p y con sonido 5.1 a cualquier pantalla compatible con Miracast. Y por último está RealSense, una tecnología que captura en tiempo real los gestos de tu rostro o de tus manos para usarlos en muy diferentes aplicaciones; la primera utilidad es darte seguridad sin necesidad de contraseñas, pero también hay un nivel de interacción similar a Kinect, aunque más preciso y con mayor versatilidad.
Lo importante de elegir un procesador Intel —o cualquier otro— es investigar y aprender. Un recurso en línea muy útil es ARK, una página web donde encuentras todas las características de cada modelo, detallado minuciosamente. En lugar de comprar ciegamente un equipo, investiga y compara las velocidades, núcleos, hilos de ejecución y consumo eléctrico, para que así puedas elegir la opción que más te conviene. Si lo que realmente te interesa es un equipo con un consumo reducido de energía, elije el procesador con la menor velocidad base y Turbo Clock; si necesitas lo contrario —o sea mucho poder sin importar lo que implica—, tu mejor apuesta son más núcleos y frecuencia. Pero al final, no hay forma de fallar cuando eliges un procesador Intel.
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