Un juego para niños basado en una película que salió hace ya
más de tres años, ese podría ser un resumen bastante concreto y con varios
argumentos entre líneas que podrían ser interpretados fácilmente y de manera
acertada, pero ¿qué mantiene a Cars
Race-O-Rama en el mismo polvoriento estante de sus congéneres?

El juego está disponible para una gran cantidad de
plataformas, y en el Wii, como podrás imaginar, se controla con el Wiimote, como
si éste fuera un volante, lo cual puede presentar algunas dificultades para
aquellos que no estén tan familiarizados con el Wii; también tiene la opción
de cambiar la configuración si cuentas con un nunchuck, aunque esto
podría quitarle parte de la diversión que puede brindar el juego.

Si buscas una especie de historia, me temo que no
te brindará ninguna, pero si disfrutaste el estilo de un juego de mundo
semi-abierto como en otros de Cars,
encontrarás algo ligeramente parecido, ya que a través de las distintas pero
pequeñas locaciones que visitas puedes vagar a tu antojo por pistas y pueblos
como Radiador Springs, donde cualquiera que haya visto la película reconocerá las locaciones.

Gráficamente el  título
no es asombroso,  pero tampoco hará que
tus ojos se nieguen a depositar la mirada sobre la pantalla. En realidad, el
aspecto de Cars Race-O-Rama es como
muchas otras cosas de este juego, común y ordinario, sin una chispa de vida que
lo haga resaltar.

Quizás una de las partes que podrían ser las preferidas de
los pequeños jugadores, sería personalizar al Rayo McQueen como ellos lo
prefieran, desde las estampas y pintura que lo adornan hasta las llantas, cofre
y muchas otras partes; en realidad fue una sorpresa la cantidad de opciones y
cosas que se pueden cambiar.

Puedes encontrar una gran cantidad de
misiones diferentes, tanto sencillas carreras, como intrincados juegos en los
que debes buscar llantas en un pueblo, tomar fotos de McQueen en diferentes
posiciones, atravesar una pista de obstáculos y otras más.  La diversidad de misiones es un buen atributo
del título o tal vez esto sólo está diseñado para distraerte un poco del
tedio que pueden ocasionar las carreras.

La mecánica de las carreras es tan sencilla como podrías
esperar, rara vez llegarás a usar el freno o a soltar el acelerador, aunque puedes hacer caso de las
enseñanzas que Doc compartió en la película y derrapar en algunas curvas, para
poder tomarlas de una forma mucho más efectiva.

Cars Race-O-Rama podría llegar a entretener a tu hijo, hermanita, cuñada, primito o
lo que sea, pero únicamente por un par de horas (si es que corres
con suerte o le enseñas a cambiar la apariencia del Rayo McQueen); pero si eres
un gran fanático de Pixar y quieres revivir aventuras o por lo menos volver a
percibir la esencia de los personajes, temo informarte que la magia de este
juego se encuentra en otro castillo.