La lista de contenidos descargables para Fallout 3 ha llegado a su fin (por lo
menos por ahora), y si la tendencia que habían seguido los anteriores de superar
al antecesor continúa, entonces Mothership
Zeta debe de ser algo genial que derrite tu cerebro, ¿cierto?

Los extraterrestres son uno de los conceptos más explotados
tanto en Hollywood como en los videojuegos; en Fallout 3 ya podías tener pequeños encuentros cercanos desde el
lanzamiento del juego, pero con la llegada de Mothership Zeta las cosas van un paso más allá, pues esta vez ellos
no visitan tu hogar, son quienes te invitan al suyo, o más claramente, te
secuestran a su morada dentro de una gigantesca nave espacial.

 

En el principio sucede algo que ya es clásico para las
expansiones, se te priva de todo tu arsenal, dejándote en nada más que tu ropa
interior; por un momento puedes pensar que esto agregará reto al juego y te
obligará a usar todos los ítems nuevos, pero tu armamento está a la vuelta de la
esquina. Si tienes un personaje con un nivel alto bien equipado, toda la
aventura será bastante sencilla e incluso fácil; con una tecnología tan
avanzada y un estudio tan amplio de la anatomía humana sería lógico que los
extraterrestres te dieran problemas, pero no es caso, en realidad hay pocas
situaciones en las que correrás peligro.

 

Al inicio parece que el cambio de locación será increíble
y que le dará una bocanada de aire fresco al título, como sucedió con
algunos DLC anteriores, ya que el lugar parece estar envuelto en una atmósfera
dramática y llena de misterio, sin embargo se desenvuelve de una manera mucho más
lenta de lo que podrías esperar. Explorar una nave espacial alienígena puede
sonar sensacional, déjame decirte que en realidad se torna repetitivo después de las primeras
horas de juego.



 

A lo largo de la nave puedes presenciar cómo los
extraterrestres experimentan con tus congéneres, llegando incluso a crear
abominables seres que no obedecen a sus amos y que pueden ser usados para
inclinar la balanza a tu favor. Además de estas asquerosas criaturas, encontrarás
a muchos humanos que han sido capturados y una vez más, la lógica falla, ya que
sólo unos pocos te ayudarán en tu lucha, la mayoría simplemente se limitarán a
salir de su estado criogénico para proseguir con su vida como otro raider más, que te odia a muerte por
ninguna razón.

 

Como podrás adivinar, con la expansión se incluyen nuevas
armas, un par de ellas son bastante buenas, mientras que las otras son relativamente inútiles; la primera vez que portas un cañón que lanza una
gran esfera de energía crees que éste será totalmente destructivo y que hará
añicos a tus verdes y esqueléticos enemigos, pero lo que sucede es que la esfera rebota
en ellos y en las paredes, lo que te deja más confundido que impresionado. Además
de las armas hay algunos ítems nuevos, como un gel para reparar cualquier arma que
portes sin necesidad de refacciones, esto es bastante práctico para aquellas
piezas de equipo que son prácticamente únicas.

 

La tendencia de lanzar un DLC mejor que el anterior para Fallout 3 ha llegado a su fin, si bien Mothership Zeta brinda bastantes elementos nuevos, el abuso de ellos y la repetición en cuanto a los objetivos en las
misiones (que consisten simplemente en destruir generadores) hace que, aunque
sea una experiencia disfrutable, muy probablemente después de un par de horas estés
un poco cansado de transitar por un pasillo muy parecido a los que has
recorrido desde el principio de la aventura. Si lo comparamos con las
expansiones anteriores, quedaría por debajo de Broken Steel, Point Lookout y The Pitt, pero sigue siendo mejor que Operation Anchorage.

 

Este DLC tiene un precio de 800 Puntos MS, no es una gran
oferta pero tampoco te sentirás robado. Así que si Fallout 3 es lo tuyo y tu sueño es caminar por la superficie de una
nave en órbita, mientras contemplas un oscuro manto lleno de estrellas o mientras provocas
que algún lugar alejado de la Tierra cese de existir con el arsenal de la nave, Mothership Zeta puede darte un par de
horas de buena diversión para destrozar alienígenas en su propio hogar.