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Se dice que la industria está obsesionada con el reciclaje de ideas, pero al margen de lo que sucede en otros ámbitos, tal aserción es especialmente válida cuando se trata de los RPG masivos en línea. Tal vez se debe a que EverQuest fue la influencia máxima y primordial de la que partió el resto de exponentes o tal vez a que World of Warcraft, su sucesor en éxito, poco se alejó del concepto. Fuera de ligeros cambios estéticos, el nicho ostenta poca innovación y aunque todos presumen marcar la diferencia, son pocos los que se mantienen con vida sin atenerse al modelo de juego gratuito con microtransacciones. Con humildad y sin proclamarse el redentor, TERA intenta dar un toque de frescura al género, reinventando ciertas mecánicas tradicionales, apoyándose no sólo en una estética impactante, sino porque consigue capturar la esencia de la acción.
The Exiled Realms of Arborea (TERA) tiene como primera cualidad fundamentar la estructura del combate sobre la acción, es decir, los movimientos y ataques de tu personaje son completamente dinámicos, lo que implica que en cualquier momento puedes evadir el asalto del enemigo. Y es que la norma en esta clase de juegos dicta que debes seleccionar un objetivo y descargar tu ira sobre él sin tener injerencia en el resto de los oponentes, a menos claro que alguna habilidad genere daño de área. En TERA, basta dar un espadazo para afectar a todos los adversarios que tengas enfrente y a distancia de golpe, si se mueven o se alejan, te quedarás dando sablazos al aire. Cierto es que no se trata del primer masivo en línea que incursiona en dicho estilo de acción, pero acierta en establecer un sistema de combate sólido, si bien con algunas imperfecciones. Entre esos defectos está que aún si cuentas con un amplio repertorio de habilidades para cada personaje, la idea básica es atacar, evadir o mitigar daño, y repetirlo una y otra vez. Es una lástima, pues la composición del combate tiene elementos ideales para entregar una experiencia estratégica de mayor valor, pero la deficiente Inteligencia Artificial es un factor en contra. De garantizarse enemigos con mayor materia gris virtual, los combates serían más entretenidos; de momento no son malos, sólo un tanto repetitivos.
Es irónico, porque TERA apuesta por envolvernos en la sensación de que estamos dentro de una aventura épica. Y dándole crédito al estudio, durante el tiempo que probamos la etapa Beta, hubo momentos en que así parecía. Uno de los combates estelares de la zona para principiantes da breve muestra de lo que se supone será tradición en niveles más elevados: una colosal criatura con diferentes fases de transformación, que además interactúa con el entorno para dificultar tu desempeño. No se trata de enfrentamientos revolucionarios, pero sin duda son espectaculares, y se benefician de una virtud vertebral del combate: la fluidez. Fuera de lo repetitivo, la recompensa de jugar TERA radica en el movimiento constante, tanto para evadir ataques como para buscar la mejor posición donde desencadenar daño, o tan sencillo como pararte exactamente sobre el anillo de luz blanca que recuperará la salud de tu personaje. La propuesta sigue al pie de la letra una filosofía de fluidez que nunca pierde ímpetu, y aunque con frecuencia terminas realizando más acrobacias de las necesarias, es gratificante.
Pareciera que nuestras opiniones son contradictorias, pero es resultado de un modelo prometedor que no termina de usar por completo su potencial. Lo mejor es concluir que se trata de una mecánica entretenida con deficiencias, y que de corregirse en el futuro, entonces sí, podríamos hablar de una revolución en el género. Otro ejemplo de esta situación se presenta con las habilidades a tu disposición; están divididas en dos categorías: las que no tienen costo y con su uso acumulan energía, y las que consumen dicho combustible. Aunque es un cliché en varios juegos de acción, con TERA se pauta una sinergia peculiar que curiosamente te mantiene atento a la rotación de poderes. Una vez más, el inconveniente es que el contenido no encaja con las herramientas ofrecidas y en vez de enfrentar enemigos variados, debes matar incontables veces a la misma criatura, que además, siempre recurre a dos o tres movimientos básicos, lo que significa que el desafío es nulo. Es hasta los niveles avanzados que se impone un auténtico reto, pero no porque cambie la Inteligencia Artificial, más bien aumenta la cantidad de enemigos, así como su fuerza y velocidad, lo que provocará que presiones botones como desquiciado, evadiendo, atacando y corriendo en todo momento. Lo anterior toma especial valor cuando deseas enfrentar enemigos de mucho mayor nivel, pues a diferencia de juegos similares, puedes resultar victorioso con habilidad pura. En TERA combates en tiempo real, no por medio de turnos simulados, como suele suceder en títulos estilo World of Warcraft.
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