Después de los acontecimientos ocurridos en el violento y descolorido mundo de MadWorld, Jack Cayman está de vuelta en un título que mantiene la acción constante y el deseo de golpear brutalmente a cuanto mutante se nos cruce en el camino.

Anarchy Reigns es un beat ‘em up con rasgos de brawler en tercera persona, situado en Altambra, una ciudad corroída por una guerra nuclear y biológica que acabó con todo y, de paso, causó serias mutaciones en los seres vivos. Es aquí donde Jack fungirá nuevamente como nuestro protagonista junto con un nuevo personaje al que conoceremos como Leo Victorion, quien se adueñará de la mitad de la campaña para que también veamos los hechos desde su punto de vista.

Tenemos una historia divida en 2 partes: Blackside y Whiteside. Sin importar cuál elijas, ambas están conformadas por 5 escenarios que al final nos llevarán a un punto donde se entrelazan, pues finalmente el objetivo de ambos protagonistas es localizar al mismo hombre por motivos y circunstancias totalmente diferentes, por lo que se encontrarán constantemente.

La forma en que se presentan las campañas es a través de pequeños mundos abiertos (no tan abiertos) en forma de escenarios con 2 tipos de misiones a realizar: las de la historia y las libres. Hay aproximadamente 4 misiones de cada tipo por escenario, una cantidad muy limitada para la campaña; sin embargo, al combinarlas se disuelve la sensación de que estamos ante un juego muy corto, sobre todo porque toma cierto tiempo desbloquear las misiones.

Así es, en un principio los objetivos y los retos están bloqueados y debemos acumular cientos de puntos antes de poder liberarlos; para ello, los escenarios están diseñados de tal forma que adversarios de diferentes tamaños y habilidades aparezcan una y otra vez –y de manera interminable- para que los eliminemos cuantas veces sea necesario y así aumentemos nuestro puntaje. Aquí es donde entran las misiones libres, pues, además de imponer desafíos que van desde eliminar oleadas de enemigos en un determinado tiempo hasta escoltar a un inofensivo robot de un punto a otro (por mencionar unos ejemplos), también tienen el objetivo de ser una opción alterna para conseguir los puntos que impone el juego, por lo que podemos repetirlas una y otra vez hasta desbloquear otras misiones libres, y más importante aún, las de la historia.

Esto, más que incentivar la rejugablidad, es un problema serio de repetitividad que rompe la fluidez de la historia al ofrecernos misiones que, si bien son variadas en su mayoría, rápidamente se vuelven tediosas y aburridas. A eso hay que agregar que la habilidad del jugador será un factor indispensable para el tiempo que le tome progresar, lo que tal vez pueda hacer que jugadores poco experimentados pierdan la paciencia, sobre todo en la dificultad más alta, que es verdaderamente desafiante.

Afortunadamente, el sistema de combate es rápido, sencillo y muy ameno. Sin importar que uses a Jack o a Leo, el layout del control y los comandos es exactamente igual para los 2, por lo que no es necesario preocuparse por memorizar una inmensa gama de movimientos para cada uno. Sin embargo, la forma de ejecutar los ataques y sus habilidades son totalmente diferentes, de manera que Jack será un poco más lento a cambio de fuerza, mientras que Leo será todo lo contrario; aprender a usar sus movimientos en conjunto con el armamento que vas encontrando en los escenarios ayudarán a crear combos devastadores y, como consecuencia, el puntaje que consigas aumentará mucho más rápido.