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Cuando Studio Ghibli y Level-5 se unieron para lanzar Ni no Kuni no quedó duda de que la mezcla de sus talentos resultaría en algo especial. Una vez que Wrath of the White Witch llegó al mercado, los jugadores tuvieron acceso a una emotiva experiencia que presenta la esencia de la obra del estudio de animación con los divertidos sistemas RPG que han caracterizado a Level-5.
Sony anunció Ni no Kuni II: Revenant Kingdom en su conferencia de PlayStation Experience 2015 y quedó claro que, aunque contaría una historia independiente, no podía quedar debajo de su antecesor y que sus fans no se conformarían con algo menor. Las dudas se esparcieron sobre el proyecto cuando se hizo público que Studio Ghibli no trabajó en él porque abandonaron temporalmente la animación para enfocarse en un modelo de negocio diferente.
Ahora, después de varios retrasos, Ni no Kuni II: Revenant Kingdom por fin está en nuestras manos y podemos decir que se trata de un juego tan asombroso como el original gracias a que conservó su esencia y mejoró varios de sus sistemas y mecánicas.
El nacimiento de un rey
En Ni no Kuni II: Revenant Kingdom seguimos la historia de Evan Pettiwhisker Tildrum, un joven que, tras la repentina muerte de su padre, debe tomar las riendas de Ding Dong Dell, un reino habitado por felinos y roedores antropomorfos. Mientras se preparaba para la ceremonia de coronación, uno de los ministros más cercanos a su padre llevó a cabo un golpe de Estado para tomar el control del reino y acabar con el linaje de los Tildrum. Al mismo tiempo, en un universo alejado de Ni no Kuni y muy similar al nuestro, Roland, el presidente de una importante nación, traspasa las barreras interdimensionales y llega a la habitación de Evan. Después de una breve presentación y conocer sus alrededores, Roland se da cuenta de lo que está pasando y decide ayudar a Evan a escapar.
Perder tanto en tan poco tiempo provoca un cambio importante en Evan. Al más puro estilo de Hamlet, el joven entiende que las relaciones de poder están rotas, pero a diferencia del personaje de Shakespeare, no raya en la locura ni busca venganza, sino imponer un nuevo orden donde todos puedan vivir en armonía y sin preocuparse por la guerra. Para lograrlo Evan decide formar un nuevo reino y firmar un tratado de paz con los líderes de otras monarquías.
"Al más puro estilo de Hamlet, el joven entiende que las relaciones de poder están rotas"
Desafortunadamente, la misión no es tan sencilla. En Revenant Kingdom existen reinos cuyos líderes fueron corrompidos por un ser oscuro que quiere controlar a todas las bestias regentes, poderosos seres que protegen a cada poblado. Su influencia trae problemas que son un claro espejo de los que tenemos en nuestra realidad: corrupción, discriminación, explotación laboral y espionaje gubernamental son algunos de los temas con los que Evan y compañía tendrán que lidiar para firmar su tratado con otros reinos. Por desgracia, el hecho de que el juego presente estos temas no significa que tenga algo que decir sobre ellos y la mayoría de las ocasiones sólo se toca la superficie e ignoran las estructuras que los conforman y mantienen, así como las verdaderas consecuencias. El problema es que el mensaje resulta simplista y parece que su único objetivo es comunicar que ser malo es malo y que cualquier cosa puede superarse con fuerza de voluntad.
Ahora bien, más que la historia sobre la fundación de un nuevo reino, Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es un relato coming-of-age en el que Evan debe dejar atrás su inocencia infantil e inseguridad para convertirse en el rey que su mundo necesita, un proceso que vive cuando entiende lo que el mal puede generar en el mundo y pasa momentos desgarradores que pueden romper el corazón de cualquiera.
"Evan debe dejar atrás su inocencia infantil e inseguridad para convertirse en el rey que su mundo necesita"
Si bien la historia no es del otro mundo, Level-5 logró crear una narrativa atractiva gracias a elementos como la fantástica construcción de mundo, ya que cada reino tiene personalidad propia y un tema consistente: todas las regiones tienen problemas que las aquejan y que se ven reflejados en cada elemento que los compone. Por ejemplo, la población de uno de los primeros reinos que visitan Evan y Roland vive en la falacia del apostador que está seguro de que la suerte debe decidir su destino y nunca se detiene a pensar en los inconvenientes que esto le puede traer o en lo sencillo que es corromper un sistema así. Todos los elementos del reino respetan estas características y vemos a ciudadanos con adicción a las apuestas e incluso conocemos sistemas especiales para que fácilmente puedas detectar a los deudores.
Otro factor que permite que la historia de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom funcione es la dinámica de grupo entre sus personajes, pues cada uno tiene un rol definido que no desentona con su personalidad y motivaciones. Además, se trata de un equipo en el que la química es evidente y con el progreso de la historia se siente que un lazo real entre todos ellos.
El único problema es que el desarrollo de personajes se siente soso en todos menos en Evan. Es natural que una historia se enfoque en que su protagonista crezca y madure; sin embargo, parece que es el único que importa. Es decir, mientras Evan progresa de manera significativa a lo largo de la historia principal, sus compañeros simplemente existen y están ahí. No me malinterpreten, los héroes de Ni no Kuni II son simpáticos y es fácil encariñarse con ellos, sólo que al final me quedé con ganas de saber más sobre ellos y verlos crecer con los hechos de la narrativa.
Un tema sobre el que quiero hablar es la localización al español latino. Si lo juegas en este idioma, pero sabes inglés, inmediatamente notarás que el equipo encargado de esta tarea hizo un buen trabajo al tomar la personalidad de los personajes y adaptarla a arquetipos que resultan familiares en nuestra región. Lo que me desagradó es que cambiaron el nombre de algunos personajes principales y, por más que lo pensé, no encontré una razón válida para esa decisión.
Una nueva manera de pelear
"Level-5 escuchó las duras críticas"
La primera diferencia que notarás en Revenant Kingdom si jugaste Wrath of the White Witch es su renovado sistema de combate. Por lo visto, Level-5 escuchó las duras críticas que enfrentaron las mecánicas relacionadas con los Familiars, criaturas que eran el eje central de las peleas del primer Ni no Kuni. Así pues, en Revenant Kingdom hay un sistema de combate con acción de tiempo real donde controlas directamente a cualquiera de los personajes que forman parte de tu equipo en enfrentamientos que se llevan a cabo en un área circular.
En teoría, la manera de pelear es sencilla, pero en la práctica es divertida y dinámica. Para empezar, tienes 2 tipos de ataques básicos ―fuertes y rápidos― que puedes usar en combos poco sofisticados. Asimismo, todos los personajes cuentan con ataques a distancia que necesitan puntos de magia para funcionar. Por último, están las técnicas mágicas especiales, las cuales son poderosas y en varias ocasiones están ligadas a las características de cada personaje.
Un punto importante es el sistema Zing!, gracias al cual los personajes se equipan hasta con 3 armas cuerpo a cuerpo y cambian entre ellas al presionar un botón. Cada arma tiene un nivel de carga que, al estar al máximo, te deja realizar devastadores ataques y cuando están en un nivel bajo hacen menos daño, pero puedes cambiarlas para que se carguen y mientras usar otra. Lo bueno es que el sistema Zing! cuenta con 3 configuraciones ―manual, semiautomática y automática―, por lo que puedes ocupar al asiento de pasajero y permitir que la máquina sea la responsable de manejar el cambio de arma.
Otra novedad importante es el Ecualizador de batalla, mecanismo que recibirás pocas horas después de comenzar el juego. Se trata de un aparato en el cual puedes asignar los puntos que obtienes al subir de nivel para desbloquear distintas ventajas de combate, como causar más daño a determinado tipo de enemigos, ser resistente al veneno o conseguir mejor botín al terminar las peleas. No te confíes, el Ecualizador tiene límites que evitan que rompa el juego; me refiero a que el poder que otorga no es excesivo y no puedes conseguir ventaja contra todas las criaturas al mismo tiempo; sin embargo, es posible reasignar los puntos antes de cada batalla para así tener un balance adecuado en cada situación.
En Revenant Kingdom el lugar de los Familiars lo ocupan los Higgledies, pequeños espíritus de la naturaleza que fungen como personajes de soporte que te ayudan en el combate con distintas acciones como crear un campo de vapores curativos o usar un cañón para infligir daño a los enemigos. Aunque se trata de una mecánica fácil de ignorar al inicio de la aventura, al poco tiempo se convierte en parte central de la estrategia de combate. De hecho, hubo varios encuentros en los que fueron la clave de mi victoria.
Ahora bien, los Higgledies no sólo están presentes en las peleas, ya que son criaturas que forman parte esencial del mundo y te ayudan a recorrer caminos que es imposible atravesar sin ellas. Además, a lo largo del mapa hay pequeñas estatuas de Higgledies que añaden a una de estas criaturas a tu colección con la condición de que resuelvas un acertijo. Lo mejor es que se trata de un montón de seres diferentes, cada uno con personalidad propia que se refleja en sus animaciones y estilo de pelea. Así pues, me pareció imposible resistir la tentación de explorar cada rincón del mundo con la ilusión de agregar a un nuevo Higgledie para mi equipo.
"Me pareció imposible resistir la tentación de explorar cada rincón del mundo"
Otro de los aciertos del sistema de combate es que cada enemigo tiene un patrón de ataque específico, así como una mezcla de debilidades y fortalezas. Cada vez que encontraba a uno nuevo me emocionaba por la posibilidad de estudiar sus movimientos y descubrir la mejor estrategia para vencerlo. Ahora bien, la variedad en la oferta de enemigos es pobre, no obstante, las batallas están armadas de tal manera que permanecen frescas y divertidas incluso en los puntos avanzados del juego.
No hay que subestimar este nuevo sistema de combate, pues está lejos de ser uno que te permite sobrevivir a puro botonazo. Si intentas esta técnica lo más probable es que mueras mucho porque para triunfar es necesario que analices lo que está pasando y encuentres el momento exacto para usar las habilidades de tu arsenal.
Armando un reino y conociendo el mundo
Mencioné que uno de los mejores elementos de la historia de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es su construcción de mundo. Este elemento también se traslada a las mecánicas de juego para que se sientan justificadas y parte de este universo, lo que significa que al jugar como Evan una de tus misiones será armar un nuevo reino desde cero y aquí entra la modalidad de administración de reino, que te deja manejar un pueblo construyendo edificios y realizando investigaciones para conseguir recursos o mejoras. Ninguna sociedad puede existir sin gente, por lo que Evan debe encontrar súbditos que se unan a su causa, conocerlos a profundidad y asignarles tareas que aprovechen sus talentos.
"Ninguna sociedad puede existir sin gente"
Es fácil imaginar que este modo presenta sistemas parecidos a los de juegos de administración como Farmville porque para investigar novedades, conseguir recursos y sumar dinero es necesario esperar y estar revisando el reino constantemente, la diferencia es que no está diseñado para tenerte enganchado y gastando dinero, así que es gratificante visitarlo de vez en cuando para verlo crecer y, de paso, obtener mejoras.
Una manera de llevar más personas a tu reino son las misiones secundarias, la mayoría de las cuales son fetch quests. Casi todos los objetivos que encontré consistían en ir a un lugar a matar a un poderoso monstruo o conseguir determinada cantidad de objetos para resolver un problema. Este tipo de misiones son muy comunes en el género, pero el problema con las de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es que su contexto no es interesante y las recompensas rara vez son sustanciosas. En otras palabras, no me parecieron aburridas, pero tampoco me sentí motivado a completar todas.
Además de las misiones secundarias están los Laberintos Espejo, que son dungeons de varios niveles que contienen recompensas y un poderoso jefe final. Su atractivo es una mecánica llamada Nivel de Riesgo, la cual es un medidor que aumenta el poder de los enemigos conforme pasas tiempo en el calabozo. De esta manera, tienes que decidir si vas directo al jefe final o si exploras cada rincón en búsqueda de botín. En estos lugares hay una cantidad limitada de esferas rosadas que puedes usar para abrir cofres misteriosos o disminuir la dificultad. Debo destacar que cada laberinto que visité se sintió fresco y la apuesta de permitir que el nivel de riesgo aumentara elevaba la emoción de desconocer el tipo de criatura que encontraría al final. Además, la posibilidad de conseguir jugoso botín aumentó mis ganas de volver a visitarlos.
Todo reino que quiera evitar ser el hazmerreír del resto debe contar con un ejército que lo defienda y luche por sus ideales. Así pues, en Revenant Kingdom Evan crea un grupo de soldados que controlas en las Batallas Campales, un tipo de combate donde puedes mover hasta a 4 grupos de soldados que pueden estar equipados con espadas, mazos, flechas y pistolas. En todo momento los escuadrones permanecen pegados a Evan ―a menos que tengan una habilidad que les permita separarse― y tu papel será fungir como el líder que los posicione para que el más efectivo sea el que se enfrente en una batalla de tipo piedra, papel y tijeras.
A simple vista pueden parecer poca cosa, pero la administración de reino y las batallas campales son elementos cruciales en el buen ritmo de juego de Ni no Kuni II. Estos encuentros añaden variedad al estilo de juego para que las partes donde es un JRPG puro no se sientan repetitivas o tediosas. Además, parte importante del contenido que ofrecen es opcional, por lo que no tienes que dedicarles mucho tiempo si prefieres concentrarte en progresar en la historia.
La historia principal de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom dura entre 28 y 30 horas, dependiendo de tu estilo de juego, así que puede aumentar considerablemente si entras de lleno a desarrollar tu reino y participar en las batallas campales. Por toda la cantidad de contenido que encontré, imagino que tiene el potencial de ser un juego de 50 o 60 horas para quienes lo quieran completar 100%. En general, la dificultad de Ni no Kuni II lo hace accesible para jugadores nuevos y representa reto suficiente para los veteranos.
Lugares que te dejan sin aliento
Desde que vi el avance revelación de Ni no Kuni II supe que su estética anime y bonitos gráficos con cel shading serían elementos destacados; lo que nunca imaginé es que habría momentos en que sus escenarios me dejarían sin aliento. No exagero cuando digo que algunos paisajes me hicieron exclamar “wow”. La bella dirección de arte combinada con una meticulosa atención al detalle forma locaciones que se sienten llenas de vida y los reinos, cuevas y pueblos están conectados por un overworld que es una carta de amor a los mundos de los JRPG para el primer PlayStation. En él, Evan y su equipo aparecen con aspecto chibi y pueden explorar con cierto grado de libertad, ya que los lugares a los que pueden acceder dependen del punto en que te encuentres en la historia.
"Algunos de sus paisajes me hicieron exclamar “wow” "
Ten en cuenta que estos gráficos corren a 1080p en el modelo regular de PlayStation 4, mientras que en PlayStation 4 Pro se ven en resolución 4K dinámica; en ambos modelos el juego presenta una tasa de 60 cuadros por segundo. Jugué en PS4 normal y hubo momentos en que el frame rate disminuía, sobre todo en algunas batallas y en el overworld, pero fueron pocos y cortos, por lo que no es un gran problema.
Otro punto que eleva la presentación es la banda sonora compuesta por Joe Hisaishi, quien aparece en los créditos de Howl’s Moving Castle y Okuribito. Su trabajo para Revenant Kingdom sobresale gracias a temas orquestales que enfatizan la esperanza e inocencia del corazón de Evan. Además, el compositor no temió usar el contrapunto como herramienta para añadir tensión en algunos de los momentos más críticos de la historia.
Un JRPG mágico y encantador
Desde el Super Nintendo y hasta la era del PlayStation 2, el JRPG fue mi género favorito. Pasé horas con clásicos y creí que siempre sería así. Por desgracia, con el paso del tiempo me desencantaron y dejé de encontrar esos pequeños detalles que me engancharon durante tanto tiempo. Lo mágico de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es que sólo me tomó un par de horas enamorarme de los JRPG. Me cuesta expresarlo con palabras, así que diré que todo se resume a que no podía dejar de pensar en él. Estaba con mi rutina diaria y venían a mi mente sus bellos paisajes, así como los elementos que esconde; imaginaba un plan de crecimiento para mi reino y pensaba cuáles serían las mejores tareas para determinados súbditos.
"Lo mágico de Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es que sólo necesitó un par de horas para hacer que volviera a enamorarme de los JRPG"
Ni no Kuni II: Revenant Kingdom es un juego encantador que toma elementos esenciales de los JRPG para el primer PlayStation y los moderniza con diseño actual para entregar una experiencia que gustará a los fans del género y que será accesible para el resto. Estamos ante un título que fue responsabilidad de un equipo que lo hizo con amor e intensa pasión por entregar una aventura que haga que sus jugadores se sientan inmersos en una dimensión que tiene el poder de robar el corazón a cualquiera.
El viernes 23 de marzo Ni no Kuni II: Revenant Kingdom llegará a PlayStation 4 y PC como un indispensable para los fanáticos de los JRPG y los seguidores del anime. Será un buen punto de entrada para quienes quieran descubrir por qué hubo un momento en el que los JRPG fueron los reyes.
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