Sonic Superstars es el primer título en 2D del erizo hecho por Sonic Team en 13 años y, sin duda, está a la altura de sus antecesores. En 2010 salió Sonic The Hedgehog 4, un título dividido en 2 capítulos que prometía ser el digno sucesor de la trilogía original, pero fue tan decepcionante que el fandom lo mandó al olvido colectivo.

En 2017, Headcannon desarrolló Sonic Mania, una especie de sucesor espiritual, pero en el que Sonic Team sólo estuvo como supervisor. Ahora, el equipo decidió tomar la batuta y, con ayuda de Azest, lanzar el que podríamos decir que es el verdadero “Sonic 4”, porque tiene todo lo que hizo tan legendarios a los originales pero con un toque moderno que promete ser el futuro de la franquicia.

De vuelta a las raíces

Los primeros 3 juegos de Sonic son tan buenos que provocaron que miles de personas eligieran un SEGA Genesis antes que un Super Nintendo. Parte de su éxito es que tienen el plataformeo de Mario, pero con una velocidad que nunca se había visto y agregaron secretos que hacen que rejugar cada escenario sea una gozada. Sonic Superstars replica eso a la perfección.

El problema de Sonic 4 es que el movimiento se siente lento, tosco y pesado, pero en esta nueva entrega pasa todo lo contrario. Los personajes son tan veloces como en sus inicios, y el ritmo siempre se mantiene al tope, sin importar que nos pongan a cientos de enemigos y obstáculos enfrente.

Sonic Team entendió a la perfección la importancia de mantener el momentum en cada segundo, y logró que los controles fueran lo más responsivos y sencillos posible. Sólo necesitamos mover la palanca y de vez en cuando saltar para volar como el viento: Sonic y su equipo tenían años sin ser tan veloces.

Las zonas de plataformeo son sencillas, pero muy divertidas e ingeniosas. Su diseño es excelente porque rara vez nos detenemos mucho tiempo a pensar qué salto dar o hacia dónde ir. Su principal objetivo es que los niveles tengan versatilidad para que el juego sea algo más que ir hacia la derecha y llegar a la meta, pero respetando el hecho de que queramos correr tan rápido como la luz.

Nuevos horizontes

A la perfección de los controles se añade un diseño de niveles espectacular, gracias a que se sienten familiares pero con espacio para ideas nuevas. Algunos terrenos, como Green Hill Zone y Pinball Carnival, tienen temáticas que ya hemos visto, pero se diseñaron desde cero para tener rutas completamente nuevas. Esto hace que al principio nos sintamos como en casa, pero de inmediato nos demos cuenta de que es una aventura nueva y emocionante.

Otros escenarios tienen conceptos que jamás habíamos visto en estas entregas, como Golden Capital Zone, Sky Temple Zone y Press Factory Zone. Entre estas nuevas ideas hay un termómetro que debemos evitar que suba al máximo, un martillo que provoca que todo el escenario se mueva y más. Este tipo de elementos nos hacen estar muy al pendiente de lo que pasa a nuestro alrededor y agregan una capa de profundidad al juego.

Cada nivel tiene cierto gimmick que lo hace destacar y ser único; varios que podrían estar entre los mejores de la franquicia, pero todos comparten una similaridad: son enormes. Si queremos ver cada secreto que contienen debemos tomarnos nuestro tiempo o de plano rejugarlos unas 3 veces. Que, ojo, no es queja.

Un detalle que nos encantó es que cada zona está dividida en 2 actos, y aunque se entiende que cada uno ocurre en el mismo mundo, hay cambios en el relieve para que se sientan aún más grandes y explorables. A esto se añade que cada área tiene música que es fácil considerar que está a la altura de la clásica, lo que da como resultado un soundtrack realmente memorable.

Busca en cada rincón

Parte del encanto de los escenarios es su rejugabilidad gracias a su gran tamaño y a que hay diferentes rutas para recorrerlos. Cada una nos lleva a algún secreto que siempre es muy satisfactorio encontrar. Entre lo que hay escondido en cada nivel están las medallas, las frutas y los anillos que nos llevan a las Esmeraldas del Caos.

Las medallas sirven para comprar equipamiento y personalizar nuestro avatar en el modo multijugador. Las medallas están repartidas en los niveles y también podemos conseguirlas cuando tenemos 50 anillos o más y pasamos por un checkpoint que abre un portal que nos lleva a un minijuego. Si completamos estos jueguitos obtenemos varios medallones y la verdad es que es una de las partes más divertidas de Sonic Superstars.

Entre los minijuegos están el Special Stage del primer Sonic, esta vez con más elementos, que modifican el escenario y lo hacen más profundo, También está uno en el que nos balanceamos entre lianas para alcanzar las medallas flotantes y, por último, uno donde volamos a través de cañones.

Estos minijuegos son tan entretenidos, que siempre nos emocionamos cuando vemos abierto uno de estos portales. Su dificultad está muy bien balanceada y además son cortos (cada uno dura aproximadamente 1 minuto), así que debemos ser ágiles para atrapar las medallas. Salir victoriosos es sumamente satisfactorio.

Las Esmeraldas del Caos están en unos anillos enormes que conducen a unos minijuegos similares. Estas piedras son diferentes en Sonic Superstars porque, además de que juntas desbloquean a Super Sonic, cada una tiene una habilidad especial, que son la mayor implementación del título en comparación con sus antecesores.

¡Ya siento el poder!

Algunos de los poderes son Avatar, que invoca a un ejército de miniclones para que arrasen con todo lo que esté en su camino; Visión, que revela secretos; Bullet, que nos convierte en una especie de meteoro; Slow, que ralentiza el tiempo; Ivy, que crea una enredadera para alcanzar objetos muy lejanos; Water, que nos permite subir por cataratas; y la forma Super, que nos hace invencibles durante un tiempo.

Por un lado, los Poderes de las Esmeraldas son una gran implementación porque distinguen esta nueva entrega de sus antecesoras y ayuda a que se sienta más actualizada. Por otro lado, debemos admitir que su uso pudo ser más relevante. Son obligatorias para muy pocos momentos de la aventura, así que muchas veces se nos olvidó activarlas. Creemos que el proceso para obtenerlas es más divertido que su utilidad. La mayoría sirve para encontrar secretos y ayudan mucho para acabar con los jefes, pero fuera de eso, podríamos haber pasado el juego sin ellas.

Ya que hablamos de los jefes, creemos que los de Sonic Superstars lo hacen uno de los mejores títulos 2D de la franquicia. Nuestro problema con estos enfrentamientos en la trilogía original es que eran sencillos y casi siempre eran contra Eggman, pero esta vez cada uno tiene un diseño diferente y la mayoría es más complicado de lo que esperaríamos de un juego de Sonic.

Algunos, más que difíciles, son un poco frustrantes, porque tienen 2 o más fases, y cuando perdemos debemos empezar desde el inicio. Otros de plano son brutales, al menos para los estándares de un título de Sonic, pero sentimos que este tipo de retos eran necesarios para que la franquicia apelara al público experto y que lleva décadas ayudando al erizo a derrotar a Eggman. Al final de cada acto enfrentamos a uno, y fue muy grato ver que casi nunca se recicló alguno y que la mayoría de las veces combatimos a uno nuevo

El dream team

En Sonic Superstars podemos pasar la campaña principal con Sonic, Tails, Knuckles y Amy. Cada uno tiene habilidades diferentes: Sonic es el más rápido, Tails puede volar durante un tiempo, Knuckles escala muros y planea, y Amy tiene un doble salto. Jugar con cada uno es una experiencia muy diferente y divertida, lo que incrementa el valor de rejugabilidad de esta entrega.

Sonic nos invita a recorrer los escenarios a toda velocidad y hacer el menor tiempo posible, pero Knuckles y Tails son ideales para recorrer cada rincón gracias a la verticalidad que brindan sus habilidades. Amy es perfecta para los jugadores más inexpertos, ya que su doble salto nos salva de varios aprietos y, además, ayuda a eliminar enemigos.

Disfrutamos muchísimo jugar con cada uno, pero la mayoría de la campaña la pasamos con Sonic gracias a que su velocidad combina perfecto con el diseño de los niveles. La entrega te obliga a jugar con cada uno al menos una vez gracias a unos niveles especiales en donde sus habilidades salen a relucir.

Una vez que pasamos la campaña por primera vez, desbloqueamos un nuevo personaje que hace su debut en la franquicia. No les diremos quién es para no spoileárselos, sólo les diremos que es alguien con un moveset similar al de los personajes principales, pero un poco más poderoso.

Con este personaje podemos pasar de nuevo la historia principal, pero también tiene la opción de completar su propia campaña. Es básicamente la misma, pero con algunos cambios que la hacen un poco más difícil. Por ejemplo, además de los enemigos comunes, hay robots de Eggman que nos persiguen todo el tiempo. Por último, sólo diremos que su jefe final nos costó más intentos de los que nos gustaría admitir.

El arte de cada personaje, villano y escenario es maravilloso: es una combinación del estilo clásico del Genesis con el más moderno de los títulos 3D. Esto hace que los héroes se vean tiernos pero con cierto grado de rudeza y madurez, y que tengan muchísimo carisma y personalidad. Además, los colores tan brillantes y llenos de vida hacen que nos fijemos en cada detalle en pantalla, y vaya que son muchos.

La diversión es mejor compartida

Uno de los atractivos principales de Sonic Superstars es que podemos jugar con varias personas al mismo tiempo tanto en la campaña principal (hasta con 4 jugadores, al puro estilo New Super Mario Bros. Wii) como en el modo Batalla. Éste último es una serie de minijuegos en donde competimos con otros gamers de manera local o en línea.

Debido a que jugamos antes del lanzamiento del juego, no pudimos conectarnos online, pero jugar de forma local y contra la computadora sirvió para darnos una idea de lo que apunta a ser este modo: un caos muy divertido. En cada partida jugamos 3 minijuegos que van desde llegar a la meta, conseguir el mayor número de estrellas, resistir una ráfaga de cañonazos y eliminar a nuestros oponentes con unos rayos láser.

La inteligencia de la CPU deja un poco que desear, porque es muy fácil ganarle, y por eso recomendamos jugar con otras personas. Otro problema es que sólo hay 4 minijuegos, y aunque nos la pasamos increíble tanto de forma local como contra la computadora, rápidamente sentimos que la experiencia se hizo algo repetitiva.

Una vez que Sonic Superstars salga en todo el mundo, definitivamente vamos a darle una oportunidad al multijugador en línea, porque aunque son pocos minijuegos, son muy entretenidos. Nos recordaron a los de los títulos de Kirby: cortos, concisos y llenos de risas y diversión. Además, después de cada partida subimos de nivel y conseguimos medallas con las que compramos equipo para nuestro avatar personalizado.

Veredicto

Sonic Superstars es la combinación perfecta entre nostalgia y futuro. Desde el primer segundo nos sentimos como en los 90 gracias a la velocidad y adrenalina, que es idéntica a la que aparece en los primeros juegos, pero también nos dimos cuenta de que esta es una nueva cara del erizo y sus amigos. Es un vistazo hacia el futuro y a todo lo que nos perdimos durante todos estos años que Sonic Team se dedicó a los juegos 3D de la franquicia.

Todo lo que hizo a la trilogía original tan legendaria está presente, pero además tiene detalles frescos como los poderes de las Esmeraldas, los diseños de los personajes, los nuevos escenarios, la variedad y reto de los jefes, el multijugador y más. Es como reencontrarse con un viejo amigo al que no vimos durante décadas y ser testigos de cómo ha madurado y crecido, pero sin cambiar su esencia.

Es la prueba de que Sonic Team aprendió de lo que Headcannon hizo en Sonic Mania y de que saben que el 2D de la franquicia es un campo al que aún le queda mucho espacio para cultivar. Esperemos que sigan trabajando en él, porque Sonic Superstars podría ser el comienzo de un resurgimiento que pocos esperan, pero que muchos van a agradecer, sobre todo el mismo Sonic.

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