Cuando Realtime Worlds lanzó Crackdown el título recibió críticas severas de parte de muchos jugadores, principalmente por el hecho de que comprarlo era prácticamente la única manera de conseguir participar en la Beta de Halo 3, cosa que incrementó la noción de que el juego era mediocre y necesitaba con urgencia ayuda para venderse. A final de cuentas, Crackdown era un buen sand box que podías recorrer acompañado de un amigo, pateando todo tipo de traseros y desbancando criminales de sus posiciones de poder.

Crackdown 2 llega en un momento difícil, ya que otros juegos de mundo abierto parecen tener acaparada la atención total del público desde años pasados, títulos como Saints Row y más recientemente, Red Dead Redemption; sin embargo, esta franquicia ofrece elementos únicos que le brindan una personalidad y un estilo propios. De entrada, tu personaje es una especie de niño dorado de la genética, un ser diseñado para adquirir poder y habilidades mucho más elevadas que las de un humano normal y corriente, lo que incluye manejar vehículos con gran precisión, usar de manera avanzada armas de fuego, tener súper fuerza, agilidad y stamina incrementadas, y otras más.

El juego se encuentra ambientado en Pacific City, la misma ciudad presentada en el primero, y cuando decimos la misma ciudad nos referimos a que literalmente es idéntica, con los mismos edificios, calles, locaciones y absolutamente todo ubicado en el mismo lugar, claro que con un pequeño cambio de diseño, porque después de tres años de enfrentamientos entre la Agencia, The Cell y los freaks, el lugar está completamente descuidado y destruido. Actualmente es común quejarse de algunas secuelas y acusar a sus desarrolladores de disfrazar como un juego completo lo que bien podría haber sido una expansión del primer título, y aunque la mayoría de las veces esto es solamente una mala concepción de la situación, en el caso de Crackdown 2, es un poco difícil de descartar.

La historia es el punto donde verdaderamente flaquea esta entrega, ya que el juego comienza con la sencilla explicación de que algo anda muy mal, la Agencia se encuentra bajo ataque por parte de una organización conocida como The Cell y, además, la ciudad parece estar a punto de caer víctima de una pandemia imparable. Por todo eso tu misión será patearle el trasero a cuanto miembro de esta organización encuentres y activar ciertos dispositivos que te ayudarán a controlar la infección de manera sencilla y humana: matando a todo aquel que se haya infectado. Fuera de eso, la historia se mantiene oscura, secreta e injustificada.

Como ya mencionamos, tu personaje, un nuevo y reluciente Agente, será el encargado de restaurar el orden de la ciudad y para hacerlo tendrá a su disposición cinco ramales de habilidad que podrá incrementar para convertirse en una herramienta de la muerte mucho más eficaz. He aquí una pequeña descripción de estas habilidades que, por cierto, son exactamente las mismas del original:

Agilidad. Te ayudará a moverte más fácil por la ciudad y al aumentarla correrás más rápido, saltarás mucho más y cerca del final adquirirás una armadura que te permitirá planear con una destreza que será la envidia de cualquier ardilla voladora que se cruce por tu camino. Para aumentarla deberás reunir orbes verdes que se encuentran dispersos por todo el lugar.