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Más que una expansión, Hearthfire podría catalogarse como un robusto parche que agrega actividades hogareñas a Skyrim, que resultan entretenidas por un tiempo pero que a falta de soporte argumental, imaginación y libertades, pierden sentido rápidamente. Si bien es verdad que el precio sugería una experiencia simple, no nos hubiera importado pagar unos centavos extra por algo más trascendente.
Hearthfire permite a los jugadores comprar un terreno en las vastas tierras nórdicas de Skyrim, diseñar y construir una casa, adoptar a un niño (a) y contratar a un mayordomo, pero como lo indica el uso de las comillas, ciertas actividades son más superficiales de lo que parecen y distan mucho de constituir el equivalente de Minecraft o The Sims en Tamriel.
Primero, lo primero. Poco después de que terminen Dawnguard detalle importante en el que profundizaremos más tarde, un mensajero se encargará de encontrarlos para entregarles una carta del mariscal de Falkreath, donde se explica que nuestra reputación es tan alta que quieren vendernos un terreno en los alrededores del pueblo (una vez que se construye esa primera casa, se puede hacer lo propio en Hjaalmarch y The Pale).
Al igual que la mayoría de las casas en Skyrim, el terreno tiene un costo de 5 mil septims, una importante cantidad a la que habrá que sumar muchos más gastos, pero que a estas alturas del juego no debería resultar tan difícil cubrir.
Una vez ahí, nos encontramos con el terreno delineado sobre el césped y a un lado, una mesa de diseño, una de carpintería y un yunque. Sobre la mesa de diseño yacen los planos de los diferentes módulos que componen la casa y que van desde una cabaña minúscula que luego puede fungir como entrada, pasando al salón principal, un almacén, 2 alas, un sótano, una armería, una torre de alquimia y hasta un colmenar, corral y fundición. Como mencionamos, se trata de módulos, así que luego de construir la cabaña base o entrada, tenemos la libertad de parar o seguir adelante en el orden que queramos, pero hasta ahí llega la libertad.
El avance de Hearthfire lo vende como una auténtica experiencia de diseño con cientos de opciones, cuando en realidad lo único que se hace es seleccionar los módulos de una limitada lista, la mayoría de los materiales se compran, y la construcción se reduce a una breve animación sobre la mesa de carpintería luego de la cual aparecen mágicamente las cosas en un lugar predeterminado.
Vamos a poner un ejemplo. Digamos que queremos tender los cimientos del salón principal. Muy bien, entonces seleccionamos el plano correspondiente en la mesa de diseño este ya tiene una forma preestablecida y una posición donde debe ir, así que no hay nada qué cambiar; sobre la mesa de carpintería aparece la lista de partes que se deben construir y bajo ellas, lo que hace falta. Si tenemos todo, damos aceptar y nuestro personaje simula que martilla por unos instantes. Después vemos que sobre el terreno ya aparecieron cimiento, columna, techo o lo que sea que hayamos hecho.
Una vez dentro, se repite el proceso. Si queremos una silla, seleccionamos la opción sobre las pequeñas mesas de carpintería interiores y se construye, y lo mismo aplica para baúles, armarios, vitrinas, percheros y demás: selecciónanimaciónaparición, y se repite el proceso. Ni para exteriores ni para interiores aplica elegir libremente el patrón, color o estilo de las cosas o dónde se ubicará y esto, para nosotros, constituye una de las más grandes decepciones del paquete.
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