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Luego de promesas incumplidas como la de Assassin's Creed Unity o Watch_Dogs, era natural ver el arribo de The Division con el ceño fruncido y un dejo de sospecha. Después de todo, la ambiciosa revelación del juego en 2013 se prestaba para pensar en gato encerrado. Pues bien, la buena noticia es que The Division es un muy buen juego de rol y acción en línea; la mala es que pudo ser incluso mejor.
De entrada, tomo al toro por los cuernos, hablando del downgrade. Sí, hubo downgrade pero, caray, The Division sigue desplegando algunos de los mejores gráficos que hemos visto esta generación. No hago apología del downgrade. Al final sigue siendo algo negativo pero The Division no es, ni por mucho, otro Watch_Dogs y eso supongo que ya es ganancia. Volveré al tema de la presentación más adelante, pero por lo pronto, quédate tranquilo porque The Division será arte para tus ojos.
Hubo downgrade pero The Division sigue desplegando algunos de los mejores gráficos que hemos visto esta generación
Tom Clancy's The Division tiene por contexto la ciudad de Nueva York tras un devastador ataque biológico que dejó la urbe desolada y plagada por grupos criminales sin escrúpulos. Adoptas el rol de un operativo especial a quien activan durante este evento para reunirse con otros de su clase y garantizar la continuidad de gobierno.
El concepto, aunado a la presentación, constituyen un elemento muy fresco en The Division porque honestamente ya estaba algo cansado del medievo de fantasía en títulos como The Elder Scrolls Online, y el apetito incansable por ciencia ficción de Destiny. No estoy diciendo que The Division sea mejor —para que no te desgarres las vestiduras—, sencillamente me gusta la idea de un MMORPG relativamente realista.
Ni bien haya pasado media hora de juego, te toparás con otra de las distinciones de The Division: la personalización. En Tom Clancy's The Division no existen clases, así que puedes hacer de tu agente lo que se te venga en gana, ya sea un personaje de soporte, un tanque o una mezcla de ambos y con el aspecto que a ti más te guste.
Dicho eso, la estructura de juego no es muy diferente de aquello a lo que estás acostumbrado. La idea es que entres al mundo de The Division, te reúnas con tus amigos y comiences a cumplir misiones para subir de nivel, recolectar loot y mejorar a tu personaje, llevándolo de ser un pobre diablo a una máquina de matar con lo mejor de lo mejor en sus bolsillos. Y es que además de su guardarropa, el protagonista en The Division puede combinar a placer un repertorio muy amplio de habilidades y efectos pasivos, mientras que las armas pueden configurarse a plenitud, cambiándoles las mirillas, los agarres, la capacidad de los cartuchos, etcétera.
Para darle cauce a todo esto, está tu centro de comando, un lugar real dentro de Nueva York, conformado por 3 alas diferentes: una médica, otra de tecnología y una más de seguridad. La idea es mejorar las diferentes áreas de la base, a fin de restablecer los servicios básicos de la ciudad y es partiendo de esta estructura que se te delegan misiones primarias, secundarias y encuentros, todos ellos alineados con una de las 3 áreas mencionadas. Así, cada que hagas misiones del ala médica, ganarás créditos que te permitirán mejorarla y, en paralelo, desbloquear perks relacionados con salud, y lo mismo ocurre con el ala técnica y de seguridad.
Pero antes de involucrarte en estas tareas, es preciso que encuentres a ciertos personajes quienes liderarán sus respectivas áreas y te darán las misiones. En otras palabras, la ficción y la estructura del juego están muy bien amalgamados, aunque pasarán varias horas antes de que entiendas todo eso a la perfección y quizá ése es uno de los defectos del juego: la experiencia del usuario al navegar los menús, las habilidades, los perks, los mods, las misiones, etcétera, puede llegar a ser abrumadora. Sencillamente es demasiada información y aunque en la práctica todo funciona —en buena medida gracias a códigos cromáticos— me da la impresión de que el diseño de interfaces pudo ser mejor.
Otro elemento que pudo ser mejor es la historia. Durante las 15 o 20 horas que dura la campaña central, te avocas a descubrir quién diablos liberó el veneno verde sobre la ciudad, pero para cuando lo descubres, quedas con una sensación de conformidad poco excitante. Es decir, la historia es "meh". No existe un giro impactante en el argumento y los personajes resultan poco interesantes, empezando por el tuyo, quien representa al mesías de Nueva York pero jamás habla. Esto suele ser una decisión deliberada, orientada a facilitar la proyección del usuario sobre su avatar sin nombre. En otras palabras, se trata de que el protagonista sea una especie de frasco vacío y tú le des la lectura que se te antoje. Lo entiendo, pero esta parte del juego no deja de percibirse intrascendente.
¿Pero cómo se siente jugar The Division? Bueno, es un juego de acción en tercera persona con un sistema de cobertura muy solvente, así que si has jugado cualquier cosa en la vena de Gears of War, Uncharted o Ghost Recon, te sentirás como pez en el agua. Entonces la dinámica es emplear el matchmaking —que por cierto, funciona bien— para unirte a un grupo de amigos (hasta 3 pueden andar contigo) o extraños y emprender el camino hacia la misión más cercana. Las caminatas pueden ser algo tediosas y como no hay vehículos pero sí mucha nieve, si no haces fast-travel, las cosas se pueden tornar pesadas. Afortunadamente, no transcurren más de 5 minutos antes de que te topes ya sea con enemigos o con alguna actividad, como puede ser recabar las cintas de grabación de un drone, averiguar el paradero de un agente perdido, escuchar grabaciones de voz de ciudadanos quienes describen los primeros días del desastre o revivir eventos importantes de la crisis mediante curiosas secuencias holográficas que abonan a entender mejor lo que pasó en la ciudad.
Las caminatas pueden ser algo tediosas
Como mencioné, los controles son sólidos. El sistema de cobertura funciona sin problemas y la movilidad entre muros y columnas durante las balaceras se beneficia mucho de una herramienta que te permite correr en automático al objeto más cercano sin mover si quiera el stick. Y la magia empieza a hacerse evidente cuando tus amigos y tú emplean sus habilidades y perks. Así, mientras un jugador emplea su escudo para abrirse paso entre los enemigos, otro arroja un dardo curativo, mientras un tercero coloca una sentry gun con mod de lanzallamas para suprimir a los enemigos.
Existen diferentes tipos de enemigos y diferentes grupos criminales. Algunos son ex convictos, otros son paramilitares y unos más son pirómanos obsesivos, y todos ellos operan de un modo relativamente distinto, sin mencionar que siempre hay el clásico adversario que rushea en tu dirección con una escopeta para desestabilizarte y aquel súper acorazado que resulta muy difícil de abatir. La IA no se queda estática cuando avientas una granada o la comienzas a flanquear y eso me dejó conforme. No esperes DeepMind pero sí un desafío.
Otro asunto que vale la pena tratar a fondo es el de las Dark Zones. La Gran Manzana en The Division está dividida en 2 regiones principales, las zonas PVE donde, junto con tus amigos, combates a la IA, y las Dark Zones, donde además de hombrecitos virtuales automatizados, puedes batirte en combate con otros jugadores humanos. En otras palabras, las Dark Zones constituyen el frente PVP y entiendo bien lo que Massive Entertainment quiso lograr con ellas porque en estos distritos híbridos puedes encontrar el loot más jugoso del juego y quitárselo a otros.
La Dark Zone es algo así como la zona cero. Está súper contaminada y nada de lo que encuentres ahí podrás sacar así como así. Es necesario extraerlo y esterilizarlo, así que disparas una bengala y llamas a un helicóptero para que se lleve tus triques. Cuando lo haces, todos saben que viene la extracción y que tienes algo valioso y cuando digo "todos", me refiero a NPC y adversarios humanos por igual. La idea es que cuando llegue el helicóptero, tengas que defender ese palmo de terreno de los enemigos en lo que extraes tus cosas. Pero en la práctica, la experiencia suele ser mucho más... civilizada. Estos juegos cambian mucho con el paso de los meses y no descarto que Massive Entertainment haga ajustes —de hecho, ya los están haciendo— pero al momento de leer esto, las Dark Zones se sienten un poco estancadas.
Tan solo la semana pasada, Ubisoft hizo una encuesta para saber cuántos jugadores habían sido hostiles con otros humanos en la Dark Zone, a lo que se le conoce como ser Rogue. El 70% jamás lo había hecho o lo había hecho solamente una vez. Así que, cuando entras, no existe esa sensación de riesgo real, de enfrentarse a lo impredecible, sino más bien ganas de encontrar loot pesado y extraerlo de un modo educado y feliz. No estoy diciendo que no haya jugadores más audaces, simplemente que la experiencia es inconsistente y no es precisamente lo que pensé que sería.
Esta encuesta revela xq las Dark Zones no son tan divertidas como pensé en @TheDivisionGame @LevelUPcom https://t.co/jX551AJOgK
— 𝙍𝙤𝙙ogonio (@rodogonio) March 11, 2016
Si aplicas el speedrun con The Division, puedes llegar al endgame en unas 15 horas. A mí me tomó más de 20 porque estaba capturando y demás, y después de alcanzar el nivel 30, todos los enemigos se vuelven nivel 25 —excepto en las zonas nivel 25-30—, desbloqueas las misiones diarias que son las mismas que ya hiciste pero en un nivel de dificultad especialmente desafiante, y los créditos especiales Fénix que sirven para comprar equipamiento de élite (amarillo), eso sin mencionar el crafting, las incursiones futuras y los encuentros, así como misiones secundarias que no hayas hecho y que son bastantes. Dicho lo último, hubo reportes de desbalance en los primeros días, y debido a eso, algunos jugadores ya no tienen nada que hacer, pero para ser realistas, que llegues al punto donde agotes absolutamente todas las actividades, es algo que encuentro improbable y si juegas The Division con tus amigos, haciéndole el carry a quienes sean de un nivel más bajo, y conectándote un puñado de horas al día, especulo que The Division en su presentación de vainilla podría durarte varias semanas, y para entonces ya habrá Incursiones así que el volumen de contenido no es precisamente un problema.
El volumen de contenido no es precisamente un problema
Volviendo al tema de la presentación, insisto: The Division tiene un aspecto sobresaliente. Hay que reconocerlo. Espera a que se haga de noche y verás a lo que me refiero, además el cuidado al detalle es evidente. Existe una buena cantidad de edificios explorable, todos artesanalmente diseñados y que cuentan una historia sobre quien ocupaba ese espacio. Incluso hay postes con avisos que se agitan con el viento, los maniquíes en las tiendas departamentales son interactivos; puedes cerrar las puertas de los carros abandonados y cuando comienza a nevar, los cuerpos se ven afectados por la acumulación de hielo, empezando por tu propio personaje, cuya ropa queda cubierta de nieve. De hecho hay tormentas tan intensas que afectarán tu capacidad para terminar ciertas misiones, lo cual es refrescante. Los cutscenes son muy buenos y deleitantes de ver. Existe también una buena dosis de destructibilidad y el audio está a la altura de lo antes descrito, aunque siempre hay algo que encuentro acartonado en los actores de voz. Dicho eso, me sorprendió que The Division te dejara cambiar el idioma escrito y hablado sobre la marcha, sin reiniciar la consola ni nada de eso. Hay español latino para que no te infartes.
Ahora bien, aunque The Division es un juego estable —especialmente si lo comparamos con las abominaciones de Unity— hay imperfecciones, empezando por el escándalo aquel de los cuerpos que no se pueden atravesar y entorpecen un poco el desplazamiento en espacios cerrados. The Division crasheó un par de veces en veintitantas horas de juego y me expulsó en 4 o 5 ocasiones sin que pareciera haber un motivo aparente. Me tocó ver a compañeros deslizarse sin mover los pies por los escenarios, así como cuerpos comportarse de una manera irregular por problemas de clipping o con las texturas. Todo esto es esporádico y anómalo, no la constante, pero como vas a jugar tanto, es probable que te pase.
¿Entonces qué me pareció The Division? Me gustó mucho. No reinventa la rueda, pero demuestra mucho esmero y se siente fresco. Es un juego que luce muy bien, que se disfruta con amigos y que brinda suficiente contenido como para desquitar lo que pagaste por él. Me decepcionaron las Dark Zones y la historia no fue precisamente algo impresionante, pero lo primero tiene remedio y lo segundo no es una molestia. En todo caso, la recomendación es que lo juegues con amigos. The Division se disfruta en solitario o con extraños, pero con amigos es una delicia. Esperemos que Ubisoft mantenga el mismo nivel de empeño en sus futuros juegos.
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